Los linchamientos en los municipios de Tepexco y Cohuecan, en la Mixteca poblana, apresuraron los cambios en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Puebla, los cuales no solo eran necesarios, sino urgentes.
Sin embargo, es fundamental que el secretario Miguel Idelfonso Amézaga Ramírez y los subsecretarios de Coordinación y Operación Policial, Narciso Peña Cortés; de Inteligencia e Investigación, Eduardo Galindo Castro y de Desarrollo Institucional y Administración Policía, José Guadalupe Ávila Gil, sean lo suficientemente sensibles y profesionales para dar buenos resultados en esta materia, pues acabar con la crisis de inseguridad que hay en el estado es el reto más importante del gobierno de Miguel Barbosa.
El nuevo director de la policía estatal, Agustín Arriaga Reyes, es el único nombramiento público de primer nivel hasta ahora que no viene de la Marina, sino ya se desempeñaba en la Policía Estatal Preventiva de Puebla, como coordinador de la base de operaciones en Zacapoaxtla.
Agustín Arriaga sustituyó a Carlos Cárdenas Ramírez, quien tenía varias denuncias de corrupción, así como Alejandro Ramírez Ulloa dejó de ser el director de Vialidad del estado, al estar acusado de pedir dinero a los mismos agentes, así como para el otorgamiento plazas de la misma corporación.
Tanto Cárdenas Ramírez como Ramírez Ulloa eran cercanos al exsecretario Manuel Alonso García.
La idea en un inicio era hacer cambios hasta después de la primera quincena de agosto o a finales de ese mes para que los nuevos funcionarios de la SSP conocieran más la dependencia, pero los linchamientos de Tepexco y Cohuecan el 7 de agosto aceleró los mismos.
Lo que debe tener cuidado el nuevo secretario de Seguridad Pública, así como el subsecretario de Coordinación y Operación Policial, es que a quienes dejen a cargo de las diferentes direcciones de la SSP no repitan los abusos, pues ha trascendido que en algunas áreas los “moches” continúan.
Asimismo, existe el temor de los policías de a pie que los nuevos funcionarios de la SSP pondrán a su gente, de Veracruz, en las principales áreas operativas, pues ahí se desempeñó en los últimos años el subsecretario de Coordinación y Operación Policial, Narciso Peña.
Ante, ello solicitaron que se evalúe el desempeño de policías con carrera y que han demostrado ser honestos para que también sean considerados en cargos operativos importantes, como fue el caso de Agustín Arriaga.
Esparza, cómplice de RMV
El aval que el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, dio al Soapap en 2013 para que pudiera concesionar el servicio de agua potable a un particular, demuestra la cercanía que tuvo con la administración del exgobernador Rafael Moreno Valle.
Lo anterior porque firmó como representante de la sociedad civil el acta de la primera sesión extraordinaria del ejercicio fiscal y operativo 2013 del Consejo Directivo del Soapap, donde sus 12 integrantes aprobaron que el organismo concesionara el vital líquido en la capital poblana a través de un proceso de licitación.
Con ello, la BUAP, en lugar de avizorar los riesgos de la concesión, se sumó sin analizar a este interés del morenovallismo.
