Karla, de 27 años, fue asesinada este jueves, aparentemente por su pareja sentimental, quien aseguró que las lesiones que presentaba fueron por un asalto en la colonia Bosques de San Sebastián, en Puebla capital, donde está activada la alerta de género.
Los primeros reportes señalaron que, después de haber sido herida, la víctima llegó a una escuela ubicada en la Plaza San Sebastián, esquina con la calle 10-A, donde pidió ayuda.
La mujer quedó inconsciente mientras arribaban los paramédicos de Protección Civil municipal, quienes confirmaron que ya no contaba con signos vitales debido a heridas lacerantes en el tórax y abdomen, por lo que policías de diversas corporaciones acordonaron la zona en espera del personal de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Trascendió que poco después de ser atacada, la fémina contactó a su familia y les dijo que el agresor se llamaba Raúl y debido al parecido del nombre con el de su esposo –Paúl, de 29 años–, él habría sido detenido luego de llegar al lugar y manifestar que su pareja fue víctima de un asalto.
Feminicidio, último nivel de violencia
Cabe mencionar que el feminicidio es el último nivel de violencia contra las mujeres y se ejerce por odio a este género; entre las características están que la víctima haya tenido una relación sentimental con el victimario o privación ilegal de la libertad, como ocurrió en este caso.
Si bien la FGE debe investigar, la Suprema Corte de justicia de la Nación (SCJN) emitió una jurisprudencia en la que señaló que toda muerte de mujer debe ser investigado con perspectiva de género.
Es de resaltar que el 10 de abril, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) emitió la alerta de género en 50 municipios del estado, incluidos Puebla y Amozoc, por el alto grado de violencia ejercido contra el género.
Destaca que, en los siete meses ya concluidos del 2019, se han registrado 52 posibles feminicidios en el estado, cifra que es 13 por ciento mayor a los que se contabilizaron en ese mismo periodo del año pasado, según el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr).
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
