El exsenador Humberto Aguilar Coronado confirmó su aspiración a la gubernatura interina de Puebla y reconoció que lo favorece su amistad con el dirigente nacional del partido, Marko Cortés Mendoza, pero descartó que busque arrebatar el albiazul al morenovallismo.
En entrevista con Ángulo 7, señaló que como poblano “sería un honor” ser gobernador del estado, por lo que admitió que figura en la lista de perfiles que el panismo evalúa para el interinato.
Aceptó que el candidato panista no lo decidirá la bancada en el Congreso local, sino la dirigencia nacional del partido, en conjunto con liderazgos de los diversos grupos del blanquiazul.
Adelantó que el lunes sesionará la Comisión Política nacional (de la que forma parte) y muy probablemente ahí se definirá quién será la propuesta del albiazul para la gubernatura interina.
Tras confirmar su interés por el cargo, el también consejero nacional admitió que se perfila como la carta más fuerte debido a su cercana amistad con Cortés Mendoza.
“Es cierto, para nadie es un secreto que yo lo ayudé y él me ayudó mucho cuando estábamos en el Senado; así que creo que sí ayuda (la cercanía), pero también es cierto que la decisión no depende solo de él, sino de toda la dirigencia nacional”, enfatizó.
Ofrece diálogo a Morena-PT-PES
Aunque resulte candidato, Aguilar Coronado vislumbró un escenario complicado, al recordar que la mayoría en el Congreso del estado es de la coalición Juntos Haremos Historia y necesita de sus 22 votos para llegar a la gubernatura.
Por ello se dijo abierto a dialogar con las bancadas de Morena, PT y PES y ofrecer trabajar en equipo durante los cinco meses que aproximadamente durará el gobierno interino, mientras se organiza la elección extraordinaria.
En tanto se toma la decisión, reconoció que el bloque del “El Yunque” y los panistas “tradicionales” se acercaron para integrar un bloque que respalde al perfil postulado para el interinato.
En él se encuentran personajes críticos y que se confrontaron abiertamente con el exgobernador Rafael Moreno Valle, como el exdirigente estatal del PAN, Rafael Micalco Méndez, y el exdiputado federal Juan Pablo Piña Kurczyn.
A pesar de ello descartó que la causa en común también tenga como objetivo arrebatar el control del partido al grupo morenovallista, que lo tuvo durante los últimos ocho años, hasta la muerte del exmandatario al lado de su esposa, Martha Erika Alonso Hidalgo.
“El Tigre” (como es conocido) consideró que tras la tragedia el PAN debe unificarse y dejar atrás los grupos que se disputen el poder, por lo que urgió que a nivel local el partido se “renueve”.