Tras un mes de protestas contra sus medidas, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió este lunes recortar los impuestos a los jubilados y aumentar 100 euros al salario mínimo para enero, pero se negó a restablecer un impuesto a la riqueza.
En su primer discurso a la nación tras las manifestaciones en el país, Macron buscó restablecer la calma después de las acusaciones de que sus políticas económicas están fracturando a Francia, por lo que señaló que las personas que obtienen el salario mínimo –que es de mil 498 euros– verán un incremento desde inicios de 2019, sin costos extras para los empleadores.
Asimismo, los pensionados que ganan menos de 2 mil euros verían la eliminación de un reciente aumento en los impuestos a la seguridad social, no obstante, el mandatario afirmó que mantendría su agenda de reformas y rechazó reinstalar un impuesto a la riqueza.
Los llamados “chalecos amarillos” han presionado desde el 17 de noviembre para aumentar más los recortes de impuestos y los costos de la seguridad social, con el fin de aumentar el poder adquisitivo de los hogares, conteniendo al mismo tiempo el déficit presupuestario de Francia por debajo del límite de la Unión Europea.
Los manifestantes sostienen que las reformas benefician a los ricos y no hacen nada para ayudar a los pobres, por lo que, tras diversos disturbios, el gobierno canceló el aumento planificado de los impuestos a la gasolina y el diésel.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, declinó ofrecer una estimación del crecimiento para 2018, pero pronosticó que la protesta a nivel nacional restará 0.1 por ciento a la producción de país, mientras que su “número dos” señaló que la proyección de crecimiento se situará “más cerca del 1.5 por ciento”.
La desaceleración es una “realidad para nuestros emprendedores y empresarios”, aquellos cuyas tiendas han sido destrozadas violentamente, así como para los inversores extranjeros, dijo a la cadena de radio RTL.
Fuente: El Financiero
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales
