A partir de este martes, el gobierno del presidente de Francia, Emmanuel Macron, suspendió durante seis meses el aumento planeado de los impuestos a los combustibles, como respuesta a las tres semanas de protestas que han dejado decenas de heridos.
Al anunciar la decisión, el primer ministro Édouard Philippe declaró que habría que estar “sordo o ciego” para no ver o escuchar la ira de los “chalecos amarillos” en las calles por una política que Macron ha defendido para combatir el cambio climático, por lo que “si la mayoría gobernante no logró convencer a los franceses, entonces algo debe cambiar”.
Indicó que en ese tiempo se discutirán otras medidas para ayudar a los trabajadores que dependen del transporte para llegar al trabajo, no obstante, advirtió que los ciudadanos no pueden esperar mejores servicios públicos pagando impuestos más bajos, por lo que es necesario que ambas partes hagan concesiones.
Las protestas, que comenzaron el 17 de noviembre, en un inicio se centraron en denunciar la reducción en el poder adquisitivo de los hogares provocada por los impuestos de Macron a los combustibles, pero ahora lo critican por adoptar políticas que sólo favorecen a los ricos y algunos grupos minoritarios exigen su salida.
Cabe recordar que los antidisturbios se vieron desbordados el pasado sábado cuando, en los mejores barrios de París, los manifestantes quemaron decenas de coches, saquearon tiendas y destrozaron casas de lujo y cafeterías, en los peores disturbios acontecidos en la capital desde 1968.
Este movimiento, que cuenta con partidarios de diversas edades, perfiles profesionales y procedencias regionales, comenzó online y no tiene un liderazgo claro, lo cual complica las negociaciones para el gobierno francés.
Fuente: El Financiero
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales