A menos de un mes de la muerte de un normalista en Chiapas por abusos durante una novatada, un caso similar se reportó en Durango, donde el estudiante Ronaldo Mojica, de 19 años, falleció tras una “inducción” en la Escuela Normal J. Guadalupe Aguilera.
Así lo confirmó este 11 de agosto el propio gobernador de la entidad, José Rosas Aispuro, a través de Twitter, donde se condolió del hecho y refirió haber instruido a la Fiscalía estatal investigar el caso y a la Secretaría de Educación tomar medidas administrativas.
De acuerdo con medios duranguenses, el joven, quien apenas aspiraba a ingresar a la Normal, ingresó al hospital el pasado 8 de agosto, tras varios días de malestares surgidos luego de someterse a la “semana de inducción” en el plantel, donde él y otros estudiantes habrían sido sometidos a pruebas físicas, inanición y violencia.
El informe médico preliminar, indica que Ronaldo habría sucumbido tan sólo tres días después de ser hospitalizado a causa de una infección cerebral agravada por depresión inmunológica sufrida en la Normal, aunque Fiscalía del Estado aún debe emitir los resultados de la necropsia.
Hay al menos 8 hospitalizados
En un primer momento, el director de la escuela, Manuel de la Rosa Puente, negó la existencia de novatadas en la misma, pero fue desmentido ayer, sábado, cuando la Secretaría de Salud reveló que al menos 8 personas, quienes se identificaron como aspirantes al plantel, fueron hospitalizadas desde el 31 de julio.
Por lo anterior, la Secretaría de Educación del Estado ordenó la separación del directivo, mientras continúan las investigaciones.
De acuerdo con información de Proceso, la inducción es un periodo de “prueba” previo al inicio de cursos, cuyo control es delegado, por los directivos del plantel en manos, a un comité estudiantes.
Tras la muerte de un alumno de 19 años en la Normal Rural Mactumatzá, en Chipas, el pasado 21 de julio, se ha dado a conocer que estas novatas buscan que los aspirantes “prueben” que son dignos de ingresar a este tipo de instituciones, además de someterlos a adoctrinamiento político.
Editado por Luis Alberto Palacios