Personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) negó atención a víctimas de un asalto en la ruta Puebla-Amozoc, al afirmar que “no había quién” detuviera a los delincuentes a pesar de que los agraviados rastrearon sus teléfonos y sabían dónde estaban.
Elementos de vigilancia atendieron a los afectados alrededor de las 10 de la noche del viernes, pero se negaron a reportar el crimen y pidieron “regresar mañana”, pues quienes operan los equipos para rastrear aparatos electrónicos “ya se habían ido”, así como los que levantan las denuncias.
Aunque las víctimas insistieron que por su cuenta rastrearon sus teléfonos y sabían que estaban por la zona de la CAPU, los vigilantes negaron la ayuda reiterando que “ya no había nadie” en el edificio del órgano encabezado por Víctor Carrancá Bourguet.
De acuerdo con los agraviados, cinco sujetos –tres de ellos armados– abordaron a las 9:20 de la noche la unidad 50 cuando transitaba por la autopista México-Puebla, con sentido a Amozoc.
Afirmaron que antes de que los delincuentes subieran en la parada de la colonia Villa Frontera, dos pasajeras los identificaron y alertaron que eran asaltantes que antes ya las habían despojado de sus pertenencias en la misma ruta, pero a pesar de eso, el chofer les permitió entrar.
De inmediato, los sujetos armados ordenaron al conductor no detener el camión y amenazaron a los pasajeros (al menos diez de ellos iban de pie), mientras que los otros recogían las pertenencias y las metían en bolsas negras.
Lastiman a pasajera
Una mujer que se resistía a entregar lo que poseía, fue golpeada, mientras que a un señor que también se opuso, le intentaron cortar la pierna, pero afortunadamente solo le rompieron el pantalón.
Tras el atraco –que duró unos siete minutos— los maleantes bajaron en el estadio Cuauhtémoc, pero olvidaron en la unidad una bolsa negra que adentro solo tenía unicel.
Rápidamente las personas que lograron retener sus teléfonos llamaron a la policía, pero esta los alcanzó hasta la colonia Joaquín Colombres, ya que los pasajeros decidieron seguir con el trayecto.
Algunos de los afectados acusaron al chofer de complicidad, pues señalaron que permitió subir a los delincuentes a pesar de las advertencias, además de que a él no le pidieron el dinero del pasaje ni sus pertenencias.
Los uniformados no hicieron nada para buscar a los asaltantes y solo sugirieron rastrear sus aparatos, darlos de baja y denunciar, pero quienes lo intentaron, simplemente no fueron atendidos por el personal de la FGE.
