Entre 2013 y 2017, las averiguaciones previas y carpetas de investigación iniciadas por presunta sustracción de hidrocarburos en el estado de Puebla sumaron mil 990, la segunda cifra más elevada del país en ese periodo.
Así lo señalaron el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), en su mesa de discusión del tema de robo de hidrocarburos.
Por su parte, Guanajuato lideró la lista, con 3 mil 248 denuncias, mientras que en tercer lugar estuvo Veracruz, con mil 460; el Estado de México, con mil 190 y Sinaloa, con mil 161.
En tanto que Baja California, Quintana Roo, Nayarit, Yucatán, Colima y Campeche no tuvieron carpetas de investigación ni averiguaciones previas por este delito.
Puebla, 4º en sentencias condenatorias
Respecto a las averiguaciones previas que resultaron en sentencia condenatoria por sustracción de hidrocarburos entre 2013 y 2017, Nuevo León ocupó el primer lugar, seguido de Guanajuato, Jalisco y Puebla.
A nivel nacional, un total de 301 averiguaciones previas resultaron en sentencia condenatoria en primera instancia por este delito, esta cifra representó apenas el 3.2 por ciento del total de trámites iniciados durante este periodo.
De 2006 a 2012, Puebla sumó 369 denuncias
El informe indicó que entre 2006 y 2012, Puebla se encontraba en el lugar cuatro a nivel nacional con más denuncias por este ilícito.
En esos años, las cinco entidades con mayor número de averiguaciones previas fueron Sinaloa (569), Veracruz (522), Nuevo León (440), Puebla (369) y Tamaulipas (321).
De acuerdo con la investigación de la UNAM y el ONC, el robo de hidrocarburos no se limita a las gasolinas, ya que hay evidencia de que se ha robado diésel, petróleo crudo, gas avión, condensado, turbosina, combustóleo, entre otras sustancias.
El informe indicó que en relación con la comercialización y resguardo del hidrocarburo robado en las comunidades afectadas, se requiere algún grado de corrupción de integrantes de las instituciones locales de seguridad pública.
Concluyó que el robo de hidrocarburos conlleva importantes implicaciones sociales como la ruptura del tejido social de las comunidades, el desabasto de combustible y daños ambientales ocasionados por fugas de combustible, explosiones e incendios.
