Por primera vez en 16 años, el presidente de Estados Unidos estuvo ausente en la celebración del 5 de Mayo en la Casa Blanca, pues Donald Trump viajó a Nueva York; además el evento se realizó el 4 de mayo, presidido por el vicepresidente Mike Pence.
Sin ofrecer mayores detalles, el gobierno del republicano organizó el festejo en un edificio anexo a la residencia presidencial, donde se rompió con el protocolo de invitar a artistas de la comunidad mexicana, establecido por los expresidentes George W. Bush y Barack Obama.
En la Unión Americana, el 5 de mayo es un día de gran importancia para la comunidad mexicana, ya que celebra sus tradiciones y origen nacional con mayor fuerza que el 16 de septiembre o el 20 de noviembre.
En su discurso de bienvenida, Pence comentó las “muchas contribuciones” de los mexicanos a su país e insistió en que la reforma migratoria que busca Trump es necesaria para la “seguridad” estadounidense, además de que “beneficiará a los latinos” y “tendrá un gran corazón”.
Por su parte, el embajador mexicano en Washington, Gerónimo Gutiérrez Fernández, se refirió implícitamente a las tensiones entre ambos gobiernos al expresar que la relación México-Estados Unidos debe ser de “beneficio mutuo”, ya que ambas naciones “tienen mucho en juego en su relación”.
