Francisco Jiménez Moreno, biólogo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y especialista en estudios paleontológicos en la ciudad de Puebla, señaló que en la zona existen 22 cerros que pudieron tener una vida volcánica.
El investigador explicó que estas formaciones habrían sido volcanes monogenéticos, es decir, que sólo tuvieron una erupción y una vida corta, debido a que son como burbujas de magma que se vacían al explotar, convirtiéndose en cerros.
Uno de estos ejemplares es el cerro del Chiquihuite, ubicado en la intersección del Periférico Ecológico y el bulevar Valsequillo, que pudo tener vida volcánica hace unos 10 mil años.
De igual manera, los cerros de Loreto y Guadalupe, así como el de Amalucan y la Paz pudieron tener un origen de carácter volcánico.
También estudiados por científicos extranjeros
Además científicos internacionales como E. W. Guenther y H. Bunde, en 1973, ubicaron conos volcánicos monogenéticos en la Presa de Valsequillo y sus alrededores y Silvia González, de Liverpool John Moores University, Reino Unido, quien en 2006 calculó sus edades en cerca de 40 mil años.
En dicha zona, además del Chiquihuite, a 2 mil 164 metros sobre el nivel del mar (msnm), se encuentra el Toluquillo, a 2 mil 170 msnm y el Cerro la Mesa Grande, a 2 mil 350 msnm.
“Muy poca gente conoce estos conos volcánicos porque piensan que son cerros; la Presa de Valsequillo se puede declarar como un geositio o geoparque, ya que a menos de 10 minutos de CU hay evidencia de actividad volcánica asociada a la megafauna del Pleistoceno”, explicó Jiménez Moreno.
Editado por Gabriel Díaz Romero
