A casas de empeño llegan artículos robados en Puebla; no piden comprobante. Foto: EsImagen
A casas de empeño llegan artículos robados en Puebla; no piden comprobante. Foto: EsImagen

Productos robados a transeúntes y usuarios del transporte público, como son teléfonos celulares, laptops y tabletas, llegan a venderse en casas de empeño, donde empleados de algunas admitieron que no piden facturas u otro requisito para recibirlos.

Y es que en un sondeo que hizo Ángulo 7, admitieron que “eso es muy normal” y reconocen que sin el crimen seguramente habría menos casas de empeño si fueran muy exigentes a la hora de recibir los artículos que llevan los pignorantes.

En el padrón de la Tesorería municipal hay registro de 300 casas de empeño, la mayoría de ellas pertenecientes a cadenas de presencia nacional, como el Nacional Monte de Piedad, Fundación Dondé, Montepío Luz Saviñón y Firstcash, donde todas las personas pueden empeñar o vender cualquier objeto de valor sin poseer la factura.

Lo anterior, ha abonado a que los dispositivos electrónicos que son robados –normalmente en asaltos al transporte público o a transeúntes- sean ofertados otra vez, sin la posibilidad de que los propietarios o las autoridades puedan recuperarlos.

Contrario a lo que ocurre en los mercados, las casas de empeño realizan constantemente rotación de su “mercancía”, pues de acuerdo con declaraciones del personal, al menos dos veces al mes a cada establecimiento llegan “nuevos” productos y se llevan a otro sitio los que no se han vendido en más de tres meses.

En el recorrido realizado por este medio a distintas casas de empeño, se constató que únicamente en tres negocios pequeños, que no son parte de una cadena, piden comprobar la pertenencia de los productos que se van a empeñar o a vender.

 

Solo piden identificación

La respuesta de quienes atienden los locales –que en dos de ellos eran los propietarios- es que reconocieron que al no comprobar que la procedencia de los productos es lícita, corren el riesgo de ser clausurados o demandados por los propietarios originales de los productos.

Sin embargo, tras visitar una decena de casas de empeño con más de cinco sucursales en la ciudad (Fundación Dondé, Nacional Monte de Piedad, Montepío Luz Saviñón, Empeño Fácil, Prenda Mex, Firstcash y Presta Max) se comprobó que el único requisito para poder empeñar o vender es presentar una identificación oficial.

Incluso, al consultar en sus páginas de internet los requisitos para empeñar, ninguna pide un comprobante de propiedad de la prenda, solo basta con presentar una credencial de elector.

Con respecto a los objetos, tienen que funcionar, ir acompañados de su batería y cargador, con desgaste o maltrato, pero sin que falte alguna de sus partes, por pequeña que esta sea.

 

Sin límite de empeños

Pueden llevar rayones o golpes, pero no pueden estar rotos, incompletos o bloqueados.

En caso de estar bloqueados por contraseña, esta tiene que ser eliminada al momento del empeño o entregada al personal para que la dé a la persona que compre el producto luego de que este no sea reclamado por quien fue a dejarlo.

Con relación a las joyas, solo se examina que sean auténticas, que estén en buen estado y el desgaste sea mínimo.

A excepción de estos requerimientos, no hay nada que impida que cualquier persona mayor de edad pueda empeñar o vender los objetos que quiera cuantas veces quiera.

El avaluó no dura más de media hora y en él solo se revisa el estado, funcionamiento y capacidades de las prendas, mientras que el personal realiza preguntas sobre antigüedad, nivel de uso, el por qué se quiere empeñar, en qué tiempo se piensa recuperarlo y cuánto considera el cliente que vale su producto.

Después de concluir el trámite, se extiende un contrato, el cual tiene que firmar la clientela y en donde deslinda a la empresa del origen de los objetos.

Al firmar, el cliente “acredita” que el producto es de su propiedad, que lo obtuvo de manera lícita, que lo empeñó por la cantidad de dinero determinado, mismo que pagará en abonos durante el plazo acordado, con una tasa de interés fijada por la empresa.

Luego de firmar, se entrega en efectivo la cantidad por la que fue valuada la prenda y esta queda a resguardo de la empresa, quien tras cumplirse el plazo de recuperación, si el cliente no acude a pagar los abonos o se atrasa, pone en venta el producto.

No obstante, advierten que también hay muchos casos donde los productos son bien habidos, pero las personas no cuentan con una factura, por lo cual las empresas evitaron pedirla como requisito.

En 2014, durante la gestión de Eduardo Rivera Pérez, el ayuntamiento de Puebla clausuró al menos 300 casas de empeño debido que se negaron a instalar cámaras de video vigilancia para detectar si personas identificadas como presuntos ladrones acudían a estos sitios a vender lo robado, además de que varias de ellas no contaban con permisos.

Sin embargo, en los últimos meses estos lugares han sido objeto de la delincuencia, ya que han sufrido asaltos con violencia que han derivado incluso en asesinatos de su personal.

El caso más reciente ocurrió en mayo en la colonia SNTE, donde tres personas –entre ellas una mujer- asaltaron la sucursal de Empeño Fácil, pero mientras huían, el guardia de seguridad (que no iba armado) intentó perseguirlos y estos le dispararon en dos ocasiones, provocando su muerte.