Familiares e integrantes de la UPVA 28 de Octubre realizaron una misa de cuerpo presente para despedir a Meztli Sarabia en el mercado Hidalgo.
Muerte de estado, la de Meztli Sarabia, acusa familia en su funeral. Foto: Jafet Moz/EsImagen

La familia de Meztli Sarabia Reyna, encabezada por su padre Rubén Sarabia Sánchez “Simitrio”, acusó que el gobierno estatal es el culpable de su muerte, ya que la activista denunció amenazas previamente y no se le otorgaron medidas cautelares.

Mientras no se aclare el crimen y no se presente a los responsables, el estado será culpable de su homicidio, sentenció “Simitrio”, líder de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) “28 de Octubre”.

Justo a tres meses de tener prisión domiciliaria, luego de estar dos años en la cárcel, denunció que el anuncio de las autoridades de que investigarán los hechos solo fue para “lavarse las manos”.

La mañana de este sábado, en el Mercado Hidalgo, sede de la UPVA, se realizó la misa de cuerpo presente para despedir a Sarabia Reyna, quien fue ejecutada por cuatro encapuchados el jueves.

Minutos antes de concluir la ceremonia religiosa se apersonó el líder social para pasar a despedirse de su hija, a quien dedicó unas palabras en cuanto el padre terminó la celebración.

La mató el estado

“A Meztli la mató el estado”, soltó con voz firme pero sollozante en cuanto tomó el micrófono. “Su muerte es resultado de la represión contra la 28 de Octubre”, agregó.

Ante decenas de personas que presenciaron el cortejo fúnebre, Sarabia Sánchez remató que la muerte de su hija “no se olvidará”, al igual que la organización “no se detendrá” hasta tener justicia.

Las mismas palabras se leían en carteles y una lona de gran tamaño que acusaba en letras blancas: “A Meztli la mató el estado” y “Meztli vive”.

Tras su breve mensaje, Sarabia Sánchez abrazó el ataúd color café, que estaba cubierto con la bandera roja de la UPVA y guardaba el cadáver de su hija.

Los presentes arrojaron pétalos de rosas, gritaron porras para la difunta, su papá, la organización y el mercado Hidalgo.

Posteriormente, varias personas se acercaron a dar el pésame a Sarabia Sánchez, así como a su esposa Rita Amador, mientras de fondo se oía la música del mariachi.

Ya van al zócalo

Minutos antes de la una de la tarde, se anunció que comenzaría la caravana para trasladar el cuerpo al Panteón Municipal, por lo que los presentes se levantaron de sus asientos y se abrió paso al contingente que cargaría el cajón.

Una carroza esperaba a la difunta mientras que cinco camionetas a la familia y dos patrullas al contingente, para facilitar la ocupación de la calle.

Aunque en un principio se avisó a los medios de comunicación que se haría una parada en el zócalo, por falta de tiempo se canceló y solo se recorrió la 11 Norte-Sur hasta llegar al cementerio.

Varios de los acompañantes fueron en vehículos mientras que unas decenas a pie, quienes acompañaron la caravana gritando consignas y portando carteles para responsabilizar al estado de la muerte de Sarabia Reyna.

Al llegar al camposanto, solo la familia y amigos cercanos ingresaron, pero al final de ellos un desconocido quiso acompañarlos y fue detenido por integrantes de la UPVA, quienes le encontraron una presunta credencial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Capturan otro infiltrado

Esto de acuerdo con Tonatihu Sarbia Reyna, vocero de la organización, quien denunció que este fue el tercer “infiltrado” que han descubierto desde la marcha del jueves tras el asesinato de su hermana.

“Al final de la fila mis compañeros encontraron a otra persona que traía credencial de militar. Junto al cuerpo de Meztli se encontró una, en la marcha en Casa Aguayo otra y hoy otra; no es posible que no puedan respetar ni el sepelio de mi hermana, que paren los hostigamientos”, exigió.

Cuando llegaron a la fosa preparada, personal del panteón y algunos voluntarios prepararon el cajón para sepultarlo, al mismo tiempo que continuaban las porras, los cantos, las consignas y la música de mariachi.

Mientras el ataúd era bajado, los asistentes continuaron lanzando flores, al tiempo que los padres de la difunta soltaban unas lágrimas, por primera vez en lo que iba del acto.

Cuando el sepulcro fue cubierto de tierra completamente, Sarabia Sánchez pidió silencio para hacer nuevamente un llamado a que el homicidio de su hija no quede impune, que la organización se mantenga “unida” y que “no se olvide a Meztli”.

“Las autoridades quieren lavarse las manos, pero no lo permitiremos; el estado mató a Meztli y tendremos justicia”, concluyó.