Empresas poblanas que están accediendo a recursos federales por proyectos aprobados de innovación, en muchos casos ni los ejecutan y tampoco son auditados debidamente por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) o la Secretaría de Economía.
Lo anterior denunció el ex coordinador de Transferencia Tecnológica de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (Ditco) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Jaime Cid Monjaraz, quien agregó que la Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico (Secotrade) es la que decide cuáles son aprobados “y ahí están muy arreglados con ciertos empresarios”.
Explicó a Ángulo 7 que en las convocatorias para acceder a los recursos es necesario que busquen el apoyo de alguna universidad, a la cual deben dar un porcentaje del apoyo económico que logren, pero que incumplen pues buscan instituciones sin estar acreditadas para darle el porcentaje mínimo, ya que es una de las facultades que se les da por parte de los programas de innovación para cambiar de último momento.
“Con decir –las empresas- que simplemente no lo pudieron aplicar o que resolvieron su necesidad, sin comprobarlo, es como justifican el recurso”, señaló.
Comentó que los afectados principalmente son universidades, ya que invierten recursos humanos y hasta económicos en los proyectos de las empresas.
Refirió que algunos proyectos aprobados de las empresas llegan a obtener hasta un millón 500 mil pesos, “cantidad que si se multiplica por todos los que son aprobados a nivel nacional y que no se ejecutan, representa recursos desperdiciados”.
Cid Monjaraz dijo que en el caso de la BUAP tuvieron que recurrir a la demanda contra la empresa MD México, cuyo director es Carlos Villegas, quien una vez logrado el financiamiento, quiso dejar fuera a la institución y que tras no conseguirlo, perdió el recurso y el proyecto que está en proceso de ser patentado por la propia universidad.
Criticó que a los sectores industriales e incluso las cámaras empresariales en el estado no interesa aprovechar o fomentar el uso de las patentes de productos y desarrollos tecnológicos, los cuales pueden abaratar sus procesos en lugar de recurrir a lo extranjero, que resulta el doble de costos porque debe ser importado.
Agregó que, en algunos casos, quieren las patentes sin pagar licencias o regalías a los desarrolladores de los inventos, como si fuera un favor.
