Productores e investigadores coincidieron que las tecnologías de la llamada Revolución Verde no han aumentado la productividad del maíz de temporal, por lo que la alternativa es la creación de faros agroecológicos donde se valorice la milpa.
Lo anterior durante la presentación del Libro “Utopística agroecológica. Innovaciones campesinas y seguridad alimentaria en maíz”, de los autores Miguel Ángel Damián Huato y Víctor Manuel Toledo Manzur, que se realizó en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) en el marco del Día Nacional del Maíz, donde la moderadora fue Adelita San Vicente Tello, directora de la Fundación Semillas de Vida.
Damián Huato, quien también es investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), señaló que los estados del sur-sureste del país son los que tienen menor seguridad alimentaria, en promedio con el 43.5 por ciento, por lo que con el impulso al sistema agrícola de la milpa, ello se podría revertir porque los pobladores más marginados son los del campo.
De acuerdo a los datos del libro, Guerrero, Chiapas, Puebla, Hidalgo y Oaxaca que apenas tienen una seguridad alimentaria del 30.5, 45.2, 46.2 y 47.5 y 47.9 por ciento, respectivamente.
Maíz, base de seguridad alimentaria
Reiteró que el incremento en la producción del maíz de temporal sería la base de la seguridad alimentaria y pese a que cada vez más organizaciones y académicos empujan esa idea, las autoridades mexicanas aún no la adoptan con fuerza.
“Los campesinos –de los estados más pobres– continúan sembrando maíz, planta que se empezó a cultivar hace más de 7 mil millones de años en México, porque es su forma de sobrevivencia ante la escasez de empleos o sus muy malas condiciones, tanto en las zonas urbanas como rurales”, indicó.
Damián Huato mencionó que debe haber un diálogo de saberes entre lo que llama tecnologías radicales –las de la Revolución Verde— con las progresivas –las campesinas–, porque de acuerdo a sus investigaciones los productores de maíz de temporal con mayores rendimientos son los que rescatan las segundas con la milpa, debido a las condiciones económicas y edafológicas en las que siembran.
Además, indicó que el sistema agrícola de la milpa es agroecológico porque hay plantas de diversas alturas y que requieren diferentes nutrientes, por lo que no compiten entre sí, sino se complementan: maíz, frijol, calabaza y arvenses.
Campesinos, sin apoyo suficiente
Por su parte, Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), señaló que no existe una política pública integral en el país que impulse a la mayoría de campesinos.
Criticó que en los últimos años, se ha dado una descampesinización por esa falta de apoyos que está mermando sus iniciativas y habilidades en el manejo de los agroecosistemas, pese a que su potencial es enorme y ayudaría a reducir la pobreza.
Indicó que el maíz debe ser clave para incrementar la seguridad alimentaria, que además de alimentar a millones de mexicanos, es parte de la cultura e identidad del país.
Señaló que el libro de Damián Huato y Toledo Manzur cuestiona la idea de que el científico es el que sabe de productividad y el campesino es “un ignorante”, con un estudio de campo realizado en el estado de Puebla y tomando en cuenta las condiciones reales, tanto económicas de los campesinos, como edafológicas de las parcelas.
Milpa, con más producción
“Este libro se basa en un estudio empírico con el que se demuestra que el patrón tecnológico, basado principalmente en las prácticas campesinas, es el más productivo para la siembra del maíz de temporal (…) además representa una propuesta que significará un cambio sistémico”, dijo.
San Vicente Tello, quien también es la responsable del Programa Agricultura y Alimentación de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), señaló que la propuesta que hacen Toledo Manzur y Damián Huato es una alternativa ante la grave crisis que se vive en el campo.
Finalmente, Arnulfo Melo Rosas, presidente de Bienes Comunales de Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta, señaló que la milpa es un sistema perfecto porque además de que las plantas cultivadas no compiten entre sí, aportan los diferentes nutrimentos que requieren las personas.
