“Nos equivocamos, pero ni modo, ya se chingaron”, fue lo que les pasó a Francisco y Dorotea “Dora”, que junto con tres personas más fueron detenidos en el Estado de México y encarcelados en Puebla “injustamente” el 13 de marzo del 2000; 24 años después buscan que su caso sea revisado.

Eran entre la 1 y 2 de la mañana cuando estaban durmiendo en su casa, en el municipio de Ecatepec, Estado de México, un grupo de elementos de la extinta Policía Judicial poblana ingresó “de manera violenta, sin orden de aprehensión y a punta de golpes los sacaron”.

Así lo narró, en entrevista con este medio, desde el penal de San Miguel, en el que lleva recluido más de dos décadas, Francisco Oliver Cruz, quien con voz entrecortada dijo que le “jodieron la vida”, pues se perdió la oportunidad de ver crecer a sus dos hijos y se enfermó de diabetes.

Comerciante en un puesto de ropa en un tianguis de dicho municipio mexiquense, recuerda que un par de hermanos (Valentín y Fermín) le fueron a comprar a su casa unos pantalones, pero poco después llegaron los judiciales con el operativo para detenerlos; él en ese entonces tenía 34 años de edad.

Parte de los documentos que Francisco firmó bajo “presión”

“Violaron la puerta, se metieron hasta donde estábamos en el cuarto, preguntaron por unas personas, sacaron a mi esposa, mi hermano, un vecino que llegó a ver qué estaba pasando, nos metieron a una camioneta, fueron por mi cuñada, nos anduvieron trayendo por varias calles, me pegaron, me decían que donde estaba el dinero del secuestro”, relató.

Sin saber qué les harían o a dónde serían llevados, acusó que fue víctima de tortura, así como de robo, pues los policías judiciales aprovecharon para llevarse varias bolsas de mercancía que tenían y el poco dinero que juntaron de la venta, “que no eran más de 5 mil pesos”.

Declaración de Francisco Oliver

Su hermano, su cuñada y un vecino que salió a ver qué ocurría fueron las otras tres personas detenidas, quienes después de tres días, fueron trasladados a Puebla. Después de unos días, detuvieron a una mujer de nombre Rocío, “quién si estaría involucrada en el secuestro”.

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Les hicieron firmar papeles sin leerlos

Al llegar ante la autoridad ministerial les hicieron firmar una hoja que ya estaba escrita y no les permitieron leer, a él ni a ninguno de sus familiares, tras esto, los llevaron a Huejotzingo, donde los judiciales entraron en contradicciones en cómo los detuvieron.

Parte de la declaración de Dora

“Fue toda una fabricación que inventaron para culparnos, quisieron intimidarnos para que dijéramos lo que firmamos. Pero, el juez les dijo que se retiraran y cuando se iban, un (agente ministerial) a mí me dijo: Francisco, ya no podemos hacer nada, sabemos que no eres tú, lo único que queda es buscar un buen abogado y decirle qué pasó, yo ya no le conteste”, remarcó.

Aun con las declaraciones en las que no se acreditó cómo fue la detención, y la presunta víctima que relató que solo fue una mujer era la que le daba de comer mientras estuvo secuestrado, a Francisco y Dorotea, su esposa, los condenaron a 50 años de prisión.

Dorotea, actualmente presa en el penal de Ciudad Serdán, al que fue traslada hace cuatro meses por ser un “Cereso femenil”, narró a Ángulo 7 que, al no tener una defensa legal adecuada, estén pagando por un delito que no cometieron, dejando a sus hijos sin padre ni madre, uno de 2 años y otro de 10 años.

De los cinco que detuvieron, a su hermana Luisa y su cuñado Guilebaldo, hermano de Francisco, los dejaron libres al año y ocho meses, pues nunca tuvieron sentencia y tramitaron un amparo, toda vez que la autoridad judicial los señalaba de saber a qué se dedicaban sus familiares y no lo denunciaron.

Mientras que el vecino, que solo había sido detenido por ir a preguntar qué sucedía y los judiciales le pidieron 40 mil pesos para dejarlo libre o se lo llevaban “por chismoso”, estuvo poco más de un año en la cárcel, pero cuando pudo obtener su libertad optó por irse de Ecatepec.

Son 24 años perdidos de nuestra vida: Dora

“No hemos tenido un defensor de oficio que nos ayude, es injusto que estemos aquí, ya son más de 24 años de vida perdidos, porque cuando nos agarraron y nos andaba trayendo de un lado a otro, nos dijeron que nos íbamos a chingar porque sabían que no éramos, pero tenían que llevar a alguien si no encontraban a las otras personas”, expresó Dorotea “Dora”.

Entre abogados de oficio que solo simulaban, otros que solo les pedían dinero para poder revisar si situación, así como la falta de recursos para pagar abogados privados es como han pasado los años ella y su esposo. Sus hijos se tuvieron que mudar a Puebla para tener mayor contacto.

Agregó que la mujer de nombre Rocío, que la víctima reconoció por la voz, llegó al penal y aunque fue sentenciada, a los 18 años salió sin saber el motivo, por lo que es una muestra de que en el Poder Judicial no se hicieron bien las cosas, por lo que cuestionó que ella y su esposo, que no tuvieron relación, sigan presos.

Declaración del secuestrado donde identifica a uno de sus agresores

Puso de ejemplo que a los 8 años de que ella fue detenida, al penal fue ingresada una policía judicial, de nombra Tania, acusada de robo de a cuentahabiente, casa-habitación, transporte público y combustible, quien “participó en el operativo violento” en que fueron aprehendidos en Ecatepec, pero años después salió.

“Esa policía nos detuvo, y al mismo tiempo estaba involucrada en cosas ilegales”.

Estas irregularidades les han quitado casi la mitad de su vida, afirman, pues Francisco tenía 34 años y Dorotea 31. Se perdieron ver cómo crecieron sus hijos y ahora ya son abuelos, pero no pierden la esperanza de que su caso sea revisado y se den cuenta de las anomalías de las que fueron víctimas.

Francisco pudo apelar y le redujeron la condena a 42 años, pero en marzo de este 2024 mandó con su hermano un oficio tanto a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), como a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) exponiendo su caso, ésta última le contestó que en 90 días hábiles tendría una respuesta.

Mientras que Dorotea aún tiene la posibilidad de presentar un recurso de amparo para que se le reduzca la condena o, en su caso, pueda ser revisada nuevamente, para lo cual está trabajando la defensa legal que ahorita tiene, y “confiando en Dios para que su pesadilla termine”.

Comunicólogo por formación y reportero de profesión en Angulo 7 Noticias desde octubre de 2014. Poblano de Libres radicando en la capital, persona sería y en ocasiones divertida, amante del fútbol...