Cientos de devotos de la Santa Muerte se reunieron en las calles del Centro Histórico de Puebla para realizar una colorida procesión. Desde sus autos y a pie, hombres, mujeres y niños participaron en esta caravana, gritando porras a la “niña blanca”.
Cada año, del 28 de octubre al 2 de noviembre, durante las festividades de Todos Santos y el Día de Muertos, los creyentes llevan a cabo una serie de rituales, festividades y procesiones para venerar a su “santo”. La figura de la Santa Muerte, de diferentes tamaños, colores y vestimentas, fue “paseada” desde la 12 poniente y 9 norte, pasando por la avenida 11 norte-sur, bajando por Reforma y el bulevar 5 de mayo, para regresar a la misma calle.
Algunas camionetas llevaban sonido, emitiendo las tradicionales “mañanitas” y alabanzas como “mamita chula, ¡que viva!” y “niña blanca, ¡qué viva!”. También se escucharon porras como “chiquitibum, a la bimbombá, chiquitibum a la bimbombá, la santa, la santa, ra ra ra”.
Desde el 28 de octubre, en la 9 norte y 12 poniente, se llevan a cabo rituales de sanación, agradecimientos y peticiones a la Santa Muerte. Las festividades incluyen comidas y presentaciones musicales.
En el altar ubicado en esta zona, los creyentes ofrendan veladoras, flores, cirios, botellas de licor, cajetillas de cigarrillos, agua y frutas, entre otros objetos.
Santa Muerte en Puebla: ¿por qué se venera el 2 de noviembre?
Cada 2 de noviembre, se rinde homenaje a quienes “ya se fueron” o “se los llevó la muerte”. La Santa Muerte es venerada por su papel en esta tradición milenaria.
Sin embargo, es importante señalar que, aunque se la alaba como a un santo católico, no es reconocida por la iglesia mexicana. A diferencia de San Judas Tadeo y otros santos que cuentan con un día establecido, la Santa Muerte no lo tiene oficialmente.
Fue la tradición mexicana, especialmente en los estados del centro del país, la que le otorgó este reconocimiento, aunque también hay celebraciones en su honor, como el 15 de agosto.