Este programa busca reducir la desigualdad al acercar estos proyectos a comunidades y a familias que puedan aprovecharlos para su bienestar.
Cada módulo permite a las familias cultivar vegetales y criar animales para obtener alimentos frescos y saludables, reduciendo su dependencia de fuentes externas. Además, los excedentes se pueden vender, generando un ingreso extra. Beneficiarias como Claudia y Smirna comparten sus experiencias, destacando los beneficios de esta iniciativa en su salud y economía.
Claudia, quien vive en San Andrés Hueyacatitla, combina este proyecto con su trabajo como guía de turistas y guardabosques. Gracias a su módulo, ha mejorado su alimentación y ha experimentado un impacto positivo en su salud. Esto la motiva a promover una alimentación más sana, libre de aditivos perjudiciales.
Smirna, beneficiaria en Cuautlancingo, considera que el módulo también es una terapia. Con sus 8 gallinas y hortalizas, produce alimentos frescos para su familia y sus vecinos. El proyecto ha unido a las tres familias participantes, generando un sentido de comunidad.
Hasta el momento, se han instalado 200 módulos en el estado, cada uno beneficiando a alrededor de cuatro familias. El gobierno ha lanzado iniciativas adicionales, como el mercado del bienestar, para que las productoras puedan vender sus cosechas y obtener ingresos, fortaleciendo la autosuficiencia en Puebla.