Con la aparición de la Cuarta Trasformación, ¿este siglo XXI puede ser el siglo de la desaparición, o al menos del eclipse o metamorfosis del capitalismo? ¿El neoliberalismo pasará a la sección de utilería no solo para los mexicanos? Si esto no es así, al menos habremos aprendido que no hay medalla sin reverso, ni progreso sin un precio a pagar.
¿La Cuarta Trasformación es acaso la encarnación del espíritu de ruptura frente a todas las fuerzas, religiosas, políticas y sociales, que han buscado incesantemente producir la unidad del capitalismo? ¿Cuáles fueron las creencias o ideas fuerza que han contribuido a abrir los ojos ante una realidad profunda? ¿Morena es un movimiento consustancial a la mutación del mundo del siglo XXI? ¿O es parte integrante de un movimiento evolutivo que llevó al triunfo a una manera original de ser humano, de una manera colectiva específica de dirigir la vida, de producir esperanza y de inventar mundos?
Con la aparición del fenómeno de la Cuarta Trasformación deberá iniciarse una serie de investigaciones de como las representaciones imaginarias se convirtieron en acciones visibles de los hombres. Ya no se trata de una especie de velo global proveniente de los designios divinos, ni de un inconsciente colectivo en el sentido de Jung, sino de un fenómeno colectivo muy real producido por los múltiples canales culturales que irrigan a una sociedad.
Los científicos sociales deberán dar cuenta -construyendo sistemas de explicación- de como la Cuarta Trasformación se convirtió en una suerte de maquinaria oculta bajo la superficie de las cosas, poderosamente activa que causó y motivó tanto las acciones individuales como los comportamientos de los grupos. Deberán explicar cómo cada ciudadano se convirtió en depositario de este proyecto conocido como “Humanismo Mexicano” y de las leyes que lo rigen, lo cual permitirá comprender lo que le sucedió al individuo, compartir con los otros un sentido común cuyo nombre definió precisamente un efecto de unidad.
Las mañaneras pertenecen al anterior universo. Pero, ¿cómo los objetivos estratégicos, se propagaron?, ¿conforme a qué mecanismos de participación cultural poco evidentes, la representación imaginaria colectiva se convirtió en algo vivo, poderoso, sin parecer necesariamente homogénea, pues se adaptó infinitamente a los grupos sociales, las categorías de edad, los sexos, los tiempos y los lugares?
Construida sobre qué bases comunes idénticas en el marco de una cultura nacional, la representación imaginaria construida satisfizo necesidades específicas, distinguiendo así el punto de vista de los jóvenes suburbanos del de los otros representantes de su generación. ¿Cómo la Cuarta Trasformación se alimentó de numerosas corrientes diferentes?, ¿cuán importantes fueron las experiencias vividas por anteriores generaciones, productoras de flexibilidad, pero también el sentimiento de unidad con los otros, lo cual dio sentidos comunes, sobre las variaciones de la división nacional. Tampoco deberán olvidar, los científicos sociales, a las contraculturas que negaron, niegan o tergiversan los mismos mensajes.
Negarse a tratar el conjunto sería no querer ver el funcionamiento de la sociedad, desestimar las connivencias fundamentales surgidas de la evolución de la historia aun cuando permanezcan ocultas.
Tanto el ser económico-político, como la cultura mexicana son nudos de sentidos que se acumularon para redistribuir las experiencias de los siglos pasados, lo cual hace apasionante la historia y da la sensación de una continuidad en la diferencia característica de esta época.
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