Humberto Sotelo

Si algo me queda claro en la actual coyuntura política de Puebla  –¡vaya descubrimiento! (deberían darme el Premio Nobel)—  es que las bases de Morena no existimos. Que no se me malentienda :  en tanto individuos y grupos que enarbolamos los ideales y el programa de la 4T, por supuesto que las bases morenistas existen.  Quien esto escribe forma parte de las mismas.  El problema es que los aparatos o instancias que aparecen como representantes nuestros no parecen darse cuenta de que los militantes de base existimos.  Tal vez esto se debe a que los individuos que dirigen tales aparatos no tienen ningún compromiso con nosotros simple y sencillamente porque fueron designados mediante procedimientos en los que no intervenimos, o no tuvimos nada que ver. Así, por ejemplo, ¿acaso tuvimos que ver con el nombramiento de Mario Delgado como presidente de Morena? No. O, para no ir tan lejos, ¿se nos consultó acerca del nombramiento de Olga Romero Garci Crespo como representante de Morena en nuestra entidad? No, en lo  absoluto. Algún miembro del Comité Estatal podría argüír :  ésta fue electa por la mayoría de este organismo de dirección, lo cual tal vez sea cierto, pero lo que nadie puede negar es que esto se debió a la orden emanada por el gobernador Miguel Barbosa Huerta, tal vez (perdón por tantos “tales veces”) por ser amiga y paisana suya de Tehuacán.

   De ahí que no debería extrañarnos que aquella, al referirse a los posibles candidatos de Morena a la presidencia  de Puebla, hable sin importarle un bledo lo que opinamos las bases.  A cada rato dice que ex miembros del Prian como Chidiac o Chedraui pueden aspirar a puestos de elección popular, siempre y cuando abracen los postulados de nuestro partido.  Hace unos días expresó, refiriéndose a los diputados que renunciaron al PRI :   “No hay una intención de buscar a alguno de los seis integrantes. Si alguno de ellos se acercara a platicar con nosotros por supuesto lo recibiríamos para ver cuáles son sus intenciones, pero hasta el momento no ha sucedido”, comentó. Empero,  insistió en que Morena es un partido de puertas abiertas (sic), por ello aquellos perfiles que decidan sumarse deben comulgar con principios de izquierda” (sicazo).

    Lo mismo hace, como lo señalamos en nuestra columna anterior en Angulo 7, el gobernador Salomón Céspedes Peregrina, quien sin el menor pudor ensalza  las figuras de los prianistas arriba mencionados, llegando al extremo de anunciar la posible inclusión de uno de ellos (Chidiac) en su gabinete.

    Como puede verse, las bases de Morena tenemos una existencia muy frágil y dudosa. No sólo nuestro (¿nuestro?) gobernador y nuestra  (¿nuestra?) lideresa nos observan como figuras fantasmales.

     De ahí que no sea casual que también en los medios de comunicación las bases morenistas no existamos.  Esto no es difícil de constatar.  Véase, por ejemplo, lo  que piensan algunos de los más notables  y respetables columnistas de nuestra entidad acerca de cómo y cuándo se decidirá el asunto relativo al candidato de Morena en nuestra ciudad capital.  Así, Rodolfo Ruiz, en su columna La Corte de los Milagros, escribe :  “Salvo sorpresa de última hora, el político y empresario José “Pepe” Chedraui Budib será designado la próxima semana precandidato a la presidencia municipal de Puebla de la coalición Sigamos Haciendo Historia, que en la capital estará integrada por Morena, el PT, el PVEM y los partidos estatales Fuerza por México y Nueva Alianza (…) La decisión tiene como fundamento diferentes encuestas de firmas de la Ciudad de México, entre ellas Buendía & Márquez, Mendoza Blanco & Asociados y De las Heras Demotecnia, que ubican al empresario de ascendencia libanesa por arriba de todos los aspirantes de Morena e incluso del panista Mario Riestra Piña. Los resultados de tales encuestas ya son del conocimiento del inquilino de Palacio Nacional, de la dirigencia nacional de Morena y su Comisión de Encuestas, así como de su candidata presidencial Claudia Sheinbaum” (Vid. E. Consulta, 24 de enero de 2024).

    Por su parte, el columnista Fermín García,  de la Jornada de Oriente, observa :   “Hasta la noche de este martes había un fuerte debate en la Mesa de Candidaturas que instaló la dirigencia nacional de Morena acerca de la pertinencia de que José Chedraui Budib sea incluido o excluido en el sondeo que definirá al abanderado que peleará la alcaldía de la capital. El nombre del empresario textil y con fuertes vínculos con el PRI ha motivado una intensa discusión que, por lo menos hasta este miércoles, no ha encontrado un rumbo. En la Mesa de Candidaturas existe una fuerte resistencia a abrirle las puertas de la 4T a todos los priistas que quieren migrar al movimiento obradorista, ante el naufragio electoral que el PRI ha sufrido a lo largo del actual sexenio.   Mucha de la discusión se ha orientado a que, si debe haber una apertura a ciertos personajes del PRI, pero no a todos. Los criterios que se están anteponiendo es que sean políticos generadores de votos y principalmente, que no tengan oscuros pasados que comprometan la identidad de la 4T “  (Vid.  Jornada de oriente, 24 de enero de 2024).

      Tanto uno como otro columnista tienen, desde luego, argumentos firmes para sostener lo que dicen.  Esto no es casual, tomando en cuenta su profesionalismo.

  El problema estriba, reitero, en la real o aparente inexistencia de las bases de Morena, quienes al parecer no somos ni siquiera  “convidados de piedra” en las decisiones que se toman en lo referente a quienes serán elegidos como candidatos nuestros a los principales puestos de representación popular.

     Por ello, tal vez la única forma de demostrar que sí existimos es continuar impulsando iniciativas como la marcha del 6 de enero.

 

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