Editorial Ángulo 7
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El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, anunció su intención de proponer el regreso del fuero para los diputados locales. Según explicó, esta medida busca fortalecer al Poder Legislativo, permitiendo que sus integrantes ejerzan su labor como contrapeso del Ejecutivo sin temor a represalias legales. “Es necesario garantizar que los legisladores puedan criticar sin ser perseguidos”, argumentó Armenta.

La propuesta ha generado polémica, ya que el fuero constitucional fue eliminado en 2021 bajo el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, como parte de un esfuerzo por combatir la impunidad. Sin embargo, Armenta sostiene que el fuero es necesario para evitar casos en los que se fabriquen delitos con el fin de silenciar a la oposición, un problema que, asegura, persiste en la política mexicana.

A pesar de los argumentos del gobernador electo, la posible reinstauración del fuero levanta preocupaciones sobre su mal uso. Existe el riesgo de que algunos legisladores interpreten esta medida como una licencia para evadir responsabilidades legales o actuar con prepotencia, como ocurrió en administraciones pasadas. Los abusos registrados en los gobiernos priistas y panistas, en los que congresistas se escudaban en el fuero para evitar consecuencias por actos ilícitos, todavía resuenan en la memoria colectiva.

El fuero debe ser entendido como una herramienta para garantizar la independencia legislativa, no como un privilegio para cometer abusos sin consecuencias. Si la propuesta de Armenta se concreta, será fundamental que los diputados actúen con responsabilidad, demostrando que el fuero es un mecanismo de protección institucional y no un blindaje frente a la justicia.