Ahora, no solo los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla han roto el pacto de civilidad, sino que también se han sumado a ellos los legisladores locales. Durante la sesión ordinaria de la comisión permanente, la bancada panista puso sobre la mesa las agresiones a los candidatos.
Este tema no solo mostró la complejidad para abordarlo con un análisis constructivo, sino que los diputados blanquiazules, representados por José Miguel Espinosa de los Monteros Gil, expresaron su preocupación por el clima de inseguridad y solicitaron al ejecutivo estatal garantizar la seguridad.
Parece que se busca abordar el tema desde un punto de vista alarmista. El diputado en cuestión equipara la situación de la entidad con la de Guerrero y Michoacán, estados donde la violencia ha tenido un desarrollo particular.
La intención real era colocar el tema de las supuestas amenazas a Mario Riestra Piña, tema que quedó en entredicho después de que el supuesto agresor emitiera su pronunciamiento sobre los hechos, dejando claro que él no cometió tal acto, sino que, por el contrario, fue agredido por personal de seguridad.
Parece más una estrategia política que un planteamiento para su resolución. A nivel nacional, las dirigencias del PRI, PAN y PRD han declarado que no hay condiciones para llevar a cabo las elecciones, lo que parece más una narrativa para manchar el proceso electoral.
El reto del PAN en Puebla y legisladores
La importancia de mantener la imparcialidad en el poder legislativo, aunque sea a nivel local, es crucial. Desde la tribuna, las declaraciones que se emitan pueden favorecer o perjudicar a un partido político. Es fundamental ser imparcial, especialmente cuando se expresa claramente (o entre líneas) que el acto es imparcial.
El reto radica en que los diputados deben corregir el rumbo y retomar el pacto. Pues aún falta un mes para que se lleven a cabo las elecciones.
