Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Néstor Camarillo Medina anunció que dejará la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Puebla para priorizar su proyecto político-personal, que es aspirar a una una senaduría por parte de su partido.

Asimismo, el ahora exdirigente del PRI estatal también optó por abandonar su cargo como legislador local para dedicarse de tiempo completo a su carrera por ganar una senaduría. Sin embargo, al parecer, lo que menos le interesa es el número de liderazgos importantes que se han ido.

El más reciente fue la salida de la diputa Silvia Tanús Osorio, quién ha decidido abandonar la bancada del PRI en el congreso local, así como la militancia de su partido. A ella se suma Jorge Estefan Chidiac, un caso muy resonado, pero que ahora está más que confirmado que se sumará al proyecto de la 4T.

Posterior a la elección del 2018, cuando el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia y Morena se posicionó como una fuerte fuerza política, el PRI se mostraba alejado de partidos como Acción Nacional o el de la Revolución democrática. Sin embargo, conforme fueron perdiendo simpatías y cuadros que se sumaron al proyecto de Morena, este tuvo que “renovar” su actuar para así aliarse con los otros dos partidos.

Eso marcó una nueva pauta en la dirigencia tanto a nivel nacional como local, porque durante años el blanquiazul y el tricolor se dedicaron a repartirse los diferentes cargos de elección popular simulando una férrea disputa, ahora, abiertamente se forman una alianza sin importar que sus principios sean opuestos entre sí.

Este nuevo PRI se vio en la necesidad de no perder los puestos, los cotos de poder, sin importar la militancia o los cuadros políticos. El descaro para seguir mantenido privilegios. E ahí el precio que se está pagando: un partido desquebrajado que carece de liderazgo.

Patadas de ahogado son las que está dando Camarillo Medina. Se presume, que en su lugar pueda entrar el diputado federal Lázaro Cuauhtémoc Jiménez Aquino, quién tendrá el reto de recuperar la confianza en la militancia, llegar acuerdos con los cuadros políticos para sostener al partido; o bien, terminar de cavar la tumba…

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