La violencia vicaria es aquella en la que el agresor utiliza a sus hijos para ejercer presión sobre su pareja. Para ello, se utiliza la retención, sustracción, ocultamiento, maltrato, amenaza, puesta en peligro de los niños.

El objetivo primordialmente es dañar el vínculo afectivo que tenga la entonces pareja con su o sus progenitores. Este tipo de violencia puede cometerse también a través de familiares o personas con relación afectiva con quien la comete.

Este fenómeno se agrava cuando las instituciones destinadas a la atención y acceso a la justicia, al no reconocerla, emiten determinaciones, resoluciones y sentencias sin perspectiva de género vulnerando derechos humanos de las mujeres y el interés superior de la niñez.

En Puebla, hasta marzo de 2023, se habían presentado 150 casos de este tipo de violencia, de los cuáles 120 sólo iniciaron proceso legal.

El pasado domingo el colectivo Madres Viviendo Violencia Vicaria y Mujeres por el Derecho al Cuidado y una Vida Libre de Violencia, se manifestó para exponer a quienes han incumplido con la pensión para sus hijos, y, por el contrario, utilizan a sus hijos para esta impunidad.

Desde agosto de 2022 está tipificada la violencia vicaria en el código civil y penal del estado. Las modificaciones a estas leyes establecen un castigo hasta por 15 años, sólo si se comprueba que el menor fue utilizado para ejercer algún tipo de coerción.

Pese a esta problemática el Poder Judicial no busca responder y atender los señalamientos de las madres; por omisión o acción termina siendo cómplice de los agresores además de que les dota de impunidad para no cumplir con pensiones, manutención de sus hijos.

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