La gestión cultural va más allá de promover artistas o espacios. Es una herramienta clave para el desarrollo social y la creación de políticas públicas que atiendan la complejidad cultural de nuestras sociedades.
 
 Muchas veces, la gestión cultural se reduce a la organización de eventos o la promoción de artistas. Sin embargo, su verdadero impacto radica en su capacidad para influir en la creación de políticas públicas que respondan a las necesidades culturales de las comunidades.

Este enfoque integral utiliza metodologías de las ciencias sociales, la antropología, la comunicación y la administración pública. Estas disciplinas permiten analizar la cultura de manera más profunda y comprender las diversas realidades que la componen.

Al incorporar estas herramientas, los gestores culturales pueden diseñar proyectos que no solo promuevan el arte, sino que también respondan a desafíos sociales, desde la inclusión hasta el fortalecimiento del tejido social, convirtiendo la cultura en un agente de cambio.

 Crear políticas públicas en el ámbito cultural no es un proceso burocrático, sino un ejercicio de análisis y planificación. Se trata de entender las dinámicas culturales locales y globales para implementar soluciones efectivas y sostenibles que beneficien a la sociedad en su conjunto.

La cultura es un motor para el desarrollo social, y la gestión cultural tiene el potencial de crear políticas que promuevan la diversidad, el diálogo y la equidad. No se trata solo de mostrar arte, sino de generar cambios que impacten en la vida de las personas.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Coordinadora de Redes Sociales del portal de noticias Ángulo 7. Exconductora en Radio BUAP y diversos programas de radio digital alternativos, exsubdirectora en Imacp, destacada artivista social y fue...