Las piñatas de siete picos y de estrella son las que más se venden en esta temporada de diciembre, siendo de preferencia de cartón y es como Edit Cortés, locataria del mercado Venustiano Carranza, obtiene ingresos elaborándolas cada año desde hace más de tres décadas.

De colores, de uno solo, chicas, medianas o grandes, es la variedad que ofrece al interior de este centro de abasto, ubicado en la 4 Poniente y 13 Norte, ya que en este mes es muy socorrido por la gente para comprar alguna por las posadas que se hacen y convivios de fin de año.

En entrevista con este medio, contó que desde hace 32 años se dedica a hacer piñatas, lo cual tuvo que aprender sola porque se dio cuenta que en estas fechas las personas las pedían, por lo que ahora sus hijas, su esposa y una trabajadora las empiezas hacer desde septiembre.

El periódico, la cartulina para hacer los conos, la harina ora hacer el engrudo, la olla o el globo para la base y el papel china, es lo que se utiliza para cada una de las piñatas, ya que son de cartón porque pesan menos, pueden romperse más fácil y no lastimas cuando caen los pedazos.

Indicó que el proceso que implica primero en hacer el molde, se pone a secar por uno o dos días, se hace el cono para que se pegue y luego se les adorna de colores con papel metálico, así como el china, por lo que, una vez que ya se tiene la base y las mechitas, se tarda alrededor de media hora la adornada.

Relató que para esta temporada de fin de año se hacen hasta mil 500, ya que la gente sabe que en el mercado Venustiano Carranza las elaboran y hasta pueden pedir con anticipación e ir a recogerlas, con costos que van desde los 150 a los 250 o 400 pesos, dependiendo del tamaño.

“En noviembre es cuando empieza la venta, pero pasando el 12 de diciembre es cuando más jala, están grandes entonces ya depende de lo que la quieran llenar, porque si es puro dulce no acaban, algunos por eso le echan juguetes para que ocupe más capacidad”, expresó.

Vende mil 500 por temporada 

Edit comentó que el periódico está escaso y ha subido de precio, por lo que, para una piñata, la más chica le invierte unos 80 pesos, a lo que se le debe sumar la mano de obra, ya que eso es lo que más se tiene que considerar y por ello es que los costos de cada piñata varían.

En ese tenor, dijo que es bonito que las personas sigan manteniendo la tradición de romper la piñata en las posadas, pues al menos en su caso cada año vende la misma cantidad de piñatas, lo que refleja que ya sea niños o grandes todos tiene el gusto de romperla en una fiesta.

“Ahorita solo hago de picos y estrellas porque es la más se vende ahorita, la de figura casi no jala, es más como para cumpleaños y generalmente en todo el año, pero como es diciembre hacemos de estas y aprendí sola, yo mi trabajo es de palanqueta y alegría, pero como vi que hacían, fue viendo porque nadie me quiso enseñar hasta que me salieron”, remarcó.

Para ella no hay día de descanso, pues abre toda la semana en un horario de 7 de la mañana las 8 de la noche, ya que igual la ayudan sus hijas desde que tenían 5 o 6 años y en su momento serán ellas las que se quedarán al frente del local, pues este mercado es conocido porque se hacen y no solo venta.

Ante esto, pidió a los ciudadanos mantener este tipo de tradiciones para que no se acaben y que les enseñen también a los niños para que las adopten, pues “es muy bonito” ver que hay quienes se divierten rompiendo una piñata