Habitantes de San Andrés Tzicuilan, en Cuetzalan, municipio de la Sierra Norte de Puebla, preservan el náhuatl, su lengua materna, hablándolo en la intimidad del hogar familiar, en las reuniones con vecinos, el trabajo e incluso con las generaciones más jóvenes.
En entrevista con Ángulo 7, en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, Pedro Martín, vecino de la comunidad, nos relató que, en su día a día, se comunica en dicha lengua, una de las más antiguas de México, con sus sobrinos, vecinos y trabajadores de su taller de confección.
A sus 38 años, ser nahuahablante es un orgullo y una responsabilidad “de, ayer y hoy” porque lo considera un idioma heredado de los aztecas.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, en Puebla se hablan nueve lenguas originarias como lenguas maternas, de las cuales el náhuatl es la más hablada, con 73.9 por ciento del total.
“Para mí es mi mundo, mi centro y mi equilibrio. Me siento 100 por ciento orgulloso y más que eso soy mexicano y como ello debemos saber que sigue existiendo la multiculturalidad, que no se ha querido reconocer, pero el pueblo sigue y seguiremos”, expresó.
Recordó que él empezó a hablar español hasta los 11 o 12 años, debido a que la escuela a la que asistió era bilingüe y el maestro los presionaba para que se comunicarán en español, pero su lengua materna es el náhuatl y así es como se comunica con sus familiares y amigos.
Comentó que “fue todo un reto” aprender el castellano, pero lo tuvo que hacerlo por la necesidad de ir a la escuela, hecho que dijo, para los hijos de algunos de sus contemporáneos, el primer idioma ya es el español.
Afirmó que él es indígena de padres nativos, quienes desde pequeño le inculcaron el amor por su lengua materna, sin embargo, igual hay personas que son mestizas que, aunque son hijos de alguien que habla náhuatl, optan por no aprenderlo y solo se comunican en español, pues consideran que “no tiene caso”.
La gente debe “abrazar su lengua”
Consideró que “se ha estado perdiendo” por diversas razones, una de ellas el malinchismo de la misma gente, por ello es que como originarios de los pueblos tienen que mantenerlo vivo y que la misma gente “abrace su lengua y su cultura” y que lo retomen aquellos que ya lo hicieron a un lado.
“Sabemos cuál es nuestra responsabilidad, transmitir el habla a nuestros hijos para que no se pierda, esa es la mayor semilla que podemos sembrar, las instituciones existen, pero lo ven desde una mesa, la realidad es otra, nosotros somos los que lo tenemos que inculcar a las generaciones que vienen”, explicó.
Pedro Martín dijo que solo así se puede mantener una identidad, por ello es que él lo habla con sus 20 sobrinos, los vecinos de su comunidad y con los trabajadores de su taller de confección de prendas las cuales llevan bordados con letras en náhuatl para promoverlo ante la sociedad.
Sostuvo que él “se reconoce como lo que es”, pero viviendo en dualidad en su tierra y lugares que visita, por lo que cuenta con una multiculturalidad propia, toda vez que por las prendas que confección va de allá para acá, pero hizo énfasis en que es un mexicano hablando un idioma antiguo.
“En Cuetzalan el 70 por ciento de la población habla náhuatl, puedes ver indígenas con el celular, o que traen ropas de inversión de 15 mil pesos en una muda, pero eso no significa que no sean, la moda también existe en las comunidades indígenas. El mundo ha cambiado y esa mentalidad de colonialismo se está extinguiendo”, remarcó.
LPR
