Cuarta y última parte
En el país, hay resistencia política para reconocer que la contaminación ambiental es grave, por lo que ese será el principal aporte del Conahcyt y la Secretaría de Salud; sin embargo, se requiere de más trabajo para revertirla y ese será el reto del próximo sexenio de la 4T.
“Con los informes de ambas dependencias se rompen prejuicios y se demuestra científicamente que el problema de contaminación es muy grave en algunas zonas del país y por ello se debe actuar”, señaló el coordinador del Programa Nacional Estratégico (Pronace) Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes del Conahcyt, Andrés Barreda Marín.
En entrevista con Ángulo 7, aseguró que “la principal apuesta debe ser que los industriales y agroindustriales se comporten como en Estados Unidos y Europa, es decir que dejen de contaminar”.
Lo anterior porque con el nuevo modelo económico del nearshoring, donde habrá más inversión privada y extranjera, se deben poner condiciones que protejan el medio ambiente y la salud de la población.
El costo será para el Estado mexicano
“Si no se atienden las devastaciones ambientales y los problemas en la salud, tarde o temprano, alguien pagará ello y si se suman miles de casos, cuánto cuesta, muchísimo”, sentenció.
Barreda Marín aseguró que se le está transfiriendo el gasto de atención de la salud a las nuevas generaciones y “mientras más se le transfiera, más gasto será para el Estado mexicano”.
“Saldrá más barato dejar de invitar a la inversión extranjera prometiendo un paraíso de desregulación industrial (…) eso se debe de dejar en el pasado, son las prácticas de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, son las prácticas neoliberales de atracción de la inversión, no se trata de detener la industria, porque genera riqueza, producción, empleo, y condiciones de vida de la población eso no se puede detener, pero lo que sí se debe detener es la contaminación agroindustrial, industrial o urbana”.
Y para ello, aseguró, los próximos gobernantes de la Cuarta Transformación deben tener la voluntad política de cambiar las leyes y normativas, “de asumir las responsabilidades y de generar reglas del juego completamente nuevas”.
Se investigó, pero se necesita más incidencia
Reiteró que el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador ha servido para investigar e identificar los lugares más contaminados del país “los problemas ambientales que se padecen, las enfermedades”, así como señalar la situación de desastre que existe en la normativa y de fragmentación de competencias que impera entre las instituciones que deberían atender estos temas”.
Barreda Marín indicó que también se ha reconstruido la “list toping” ambiental y ese es el aporte del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), el de la investigación, pero su incidencia fue “muy poca”, cuando su apuesta era “investigación y alta incidencia, pero ello queda pendiente para el próximo sexenio”.
Explicó que este trabajo de investigación lo ha hecho un equipo multidisciplinario con la dirección de María Elena Álvarez Bullya, lo cual debe de continuar en el próximo sexenio, “darle la importancia necesaria y que incida en las políticas públicas”.
“Es necesario seguir con la red nacional de toxicólogos, ingenieros ambientales, de médicos y de diferentes grupos de profesionales, preocupados por la situación y que están muy a las vivas para ver cómo se pueden atender estos problemas”, apeló.
Tener más conciencia del tema ambiental
Y es que aseguró que todavía hay académicos que aseguran que solo se debe hacer investigación pura y “no estar metiendo las patas en el lodo y ensuciándose las manos con estos temas”, por ello es muy importante que la ciudadanía debata estos temas, tenga más conciencia del tema y presione a los gobiernos sobre ello.
“Esta fragmentación de temas y banalización de los problemas tiene que cambiar, eso aún está en juego con el cambio de sexenio, de debe revertir la contaminación ambiental (…) algunos dicen que nosotros somos marcianos cuando en realidad sólo queremos que se apliquen los criterios de Europa y Estados Unidos”.
Puso como ejemplo el vacío que existe –y debe cambiar– en la medición de la contaminación atmosférica, pues el registro de contaminantes solo depende de lo que voluntariamente informan las industrias, por lo que no es real. “Nosotros estimamos que debe recoger el 3 por ciento de los contaminantes. Es una de las tomaduras de pelo de la desregulación que creó el Tratado de Libre Comercio, está hecho para cubrir las espaldas de todos los contaminadores”, concluyó.
