El día sábado, en Tila, Chiapas, se vivió una ola de violencia con la quema de viviendas y vehículos que, de acuerdo con los pobladores, es realizada por hombres armados pertenecientes a grupos delincuenciales autónomos.
Ejidatarios denunciaron que desde la madrugada hubo detonaciones de armas de fuego en la cabecera municipal de Tila, originadas por integrantes de grupos delincuenciales autónomos quienes hicieron una zanja en la entrada a esta localidad, para evitar la entrada de corporaciones de seguridad estatal y federal.
También denunciaron que “fueron atacadas con armas de fuego las casas del presidente del Consejo de Vigilancia, Pascual López Ramírez, y del ex comisario, Gilberto Abraham Martínez Santiago”.
Por otro lado, las autodefensas de este territorio, aseguraron que una camioneta con integrantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), recorrió la comunidad durante la madrugada y realizó disparos al aire; además de lanzar amenazas contra la autodefensa.
En respuesta, el Congreso Nacional Indígena (CNI) denunció que se trata de una difamación que las supuestas “autodefensas” hacen contra ellos por “difundir la situación que se vive en Tila y evidenciarlos que son un grupo paramilitar y delincuencial”.
Piden atención del gobierno
Mientras tanto, los ejidatarios mencionaron que “las graves violaciones de derechos humanos y de lo que está pasando en Tila es responsabilidad de estos grupos que actúan con armas de alto calibre”. Por lo que piden la intervención del Gobierno de México y del Estado de Chiapas, para controlar los hechos de violencia que se está registrando en Tila.
Anteriormente, habían comunicado que en el municipio se vive una situación de inestabilidad ocasionada por Eduardo Gutiérrez Martínez, quien “usurpa el cargo de presidente del comisariado ejidal“, luego del asesina y amenazas que han vivido los últimos días.
Corporaciones federales reforzarán seguridad en Chiapas: AMLO
De acuerdo con los habitantes, continúan los disparos y la carretera de la entrada a la cabecera municipal sigue partida a la mitad, por lo que temen que la situación podría salirse de control y generar más hechos violentos o enfrentamientos.
