Es una clara demanda popular realizar cambios en todas las instituciones mexicanas. Sobre todo, en las instituciones de Educación Superior (IES). El pueblo demanda se lleven a cabo trasformaciones donde no se permita el influyentismo, la corrupción, el racismo, el clasismo, los contratos a grupos con intereses creados y eliminar los innecesarios contratos de publicidad.

¿Es posible pensar en la vigencia de la Universidad Pública bajo el marco coyunturalmente adverso que hoy existe?

Si la respuesta es NO. Vayámonos a casa que estamos perdiendo el tiempo.

Si la respuesta es SI. Tenemos que partir de aceptar al menos cuatro cosas: cambio en la organización de los saberes y conocimientos, la apertura de la universidad a la sociedad e incrementar el pluralismo y la libertad, construir un ambiente cada vez más democrático que obliga a realizar cambios en su estructura de gobierno.

Concepción de la vida como un proceso de solución de problemas. Concepción de una universidad propensa a la solución de problemas.

Problemas inmediatos:

1) Construir un sistema universitario propenso a la solución de problemas.

2) Reorganización del sistema en su estructura académica teniendo como horizonte la interdisciplinariedad.

3) Reconstrucción del subsistema político-administrativo de las Instituciones de Educación Superior.

La solución de problemas requiere de propuestas audaces; de soluciones provisionales, seguidas por la crítica y la auténtica posibilidad de cambio a la luz de las críticas. Se requiere incrementar el racionalismo-crítico.

¿Es posible construir un mejor sistema universitario?

La respuesta es SI lo cual requiere ajustarse a dos principios básicos (en un ambiente de convivencia democrático) que son los principios generales de la política pública:

1) Reducir al mínimo el sufrimiento evitable; minimizar las desventajas; localización y solución de males sociales específicos por los que están sufriendo determinados seres humanos.

2) Aumentar al máximo la libertad de los individuos para vivir como quieran; subvención y promoción masiva de la educación, las artes, la vivienda, la sanidad y todos los aspectos de la vida social, pero siempre con el efecto de extender el margen de elección y, por tanto, de libertad al alcance de los individuos.

La racionalidad, la lógica y el enfoque científico ha derivado, en términos generales, en la construcción de dos tipos de instituciones:

1) instituciones centralizadas, planificadas y ordenadas rígidamente Y

2) a) instituciones “abiertas” y pluralistas, en las que se expresan puntos de vista incompatibles y se persiguen fines conflictivos;

  1. b) instituciones en la que todo mundo puede investigar situaciones problemáticas y proponer soluciones;
  2. c) instituciones en la que todo mundo es libre de criticar las soluciones propuestas por otros, especialmente las del gobierno, tanto en proyecto como en plena aplicación; y, ante todo,
  3. d) instituciones en la que la política cambia a la luz de las críticas.
  4. e) Es requisito fundamental que los que se hallan en el poder puedan ser relevados de sus cargos a intervalos razonables y sin violencia, y remplazados por otros con diferentes programas.
  5. f) Hay que considerar a la democracia en términos de la preservación de cierto tipo de institución, concretamente la que permite a los gobernados criticar a sus gobernantes y sustituirlos sin violencia.
  6. g) En instituciones abiertas existen los principios de revocabilidad y relevo.

Es necesaria, por lo tanto, una tecnología política (o administrativa), una tecnología que incorpore una actitud permanente de crítica respecto a los medios de organización disponibles, a la luz de los cambios de objetivos. Mayor democracia para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es definir políticas de gobierno racionales y críticas.

Debe considerarse la concepción de una universidad propensa a la solución de problemas.

1) Construir un sistema universitario propenso a la solución de problemas sociales.

2) Reorganización del sistema en su estructura académica teniendo como horizonte la interdisciplinariedad.

3) Reorganización del subsistema político de las IES.

La solución de problemas requiere de propuestas audaces; de soluciones provisionales, seguidas por la crítica y la auténtica posibilidad de cambio a la luz de las críticas. Se requiere incrementar las actividades críticas.

No se trata de trabajar por la Universidad, sino a pedir a los universitarios que trabajen por el pueblo. El pueblo cumple sosteniendo a la Universidad y ahora es menester que ella corresponda.

Estos fenómenos se presentan debido a la composición del subsistema político-burocrático que se ha sostenido por años al interior de las IES constituyéndose en uno de los obstáculos para hacer efectivo el Derecho a la Educación en la coyuntura actual.

Es en las IES que deberá convertirse a la educación pública media y superior en un bien público de acceso universal gratuito. Las tareas a realizar son enormes. Exige aprovechar e incrementar las capacidades de las IES en materia de infraestructura, personal académico, en materia de innovación tecnológica y de gestión; por otro lado, significa desarrollar procesos de descentralización, diversificación y especialización regional de las IES. ¿En este contexto cuáles son las políticas y programas para reforzar a las instituciones públicas educativas existentes? ¿Cuál debe ser el rol de las IES en relación con el sistema universitario “Benito Juárez” y las escuelas normales y la Universidad Pedagógica? ¿Cuáles deben ser los mecanismos de coordinación y cooperación entre IES públicas emanadas en momentos y procesos diversos dando origen a las actuales problemáticas de atomización, heterogeneidad y ausencia de acciones de acompañamiento y complementariedad de las políticas públicas en materia de educación superior?

La experiencia pasada del confinamiento escolar ¿cómo debe aprovecharse? ¿Cómo revertir el desprestigio de las autoridades escolares?

Todo pasa por adoptar una visión amplia -en tiempo y espacio- del sistema escolar.

Se trata de convencer a la sociedad de que conviene proteger la excelencia intelectual que es el principal patrimonio de la BUAP; impulsar los cambios en su estructura administrativa derivados de la nueva reorganización del conocimiento y saberes.

Se trata de defender los derechos fundamentales de la Universidad: autonomía asociada a la libertad de cátedra e investigación lo que obliga a las administraciones universitarias a cumplir con la austeridad republicana y combatir la corrupción.

Concluyo señalando al menos cuatro características de una universidad pública: conservar una tradición de valores (crítica, democracia, divergencia de opiniones, fines e intereses) y de libertad; promover el mejor y más elevado trabajo intelectual; proteger el disenso; educar a los jóvenes al margen del racismo, del clasismo y la corrupción.

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