Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Miedo en la ciudadanía y desconfianza en los policías, que se quedaron pasmados, dejó el atropellamiento de tres ciclistas, uno de los cuales murió con sólo 16 años de edad, durante la Vía Recreativa por un conductor que violó el cierre de calles.

Aunque en la noche de este domingo, el presunto responsable ya está detenido, hay que preguntarse qué falló y qué puede hacerse para evitar una tragedia parecida. 

Los testimonios de quienes presenciaron el atropellamiento indican que, alrededor de las 13:00 horas, el conductor irrumpió en la Recta a Cholula, que estaba cerrada para la circulación exclusiva de ciclistas y peatones, desde La Paz hasta el entronque con la calzada Zavaleta, donde arrolló a las víctimas.

La Vía Recreativa Metropolitana –hay que recordar– es organizada el último domingo de cada mes por la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), con el objetivo de “recuperar espacios públicos destinados al tránsito motorizado (…) reforzar el tejido social e incentivar la salud física, mental y emocional”, según describe la dependencia en el boletín del 24 de abril pasado, donde da a conocer la ampliación del horario de esta iniciativa.

Toca a elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) implementar y vigilar el cierre a la circulación de vehículos motorizados de la ruta que comprende la Vía, que corre toda la Recta a Cholula hasta llegar a la colonia La Paz, tramo que permanece exclusivo para ciclistas y peatones de 8:00 a 14:00 horas.

Asimismo, la SMT aseguraba que estaría presente personal del Sistema de Urgencias Médicas Avanzadas (SUMA).

No obstante, ciudadanos llamaron la atención sobre el hecho de que los policías estatales que resguardaban la Vía estaban lejos del lugar del siniestro y no se acercaron a auxiliar a las personas arrolladas, sino que fueron otros ciclistas y corredores quienes llamaron al 911 para que los atendieran.

Además, señalaron que la ambulancia tardó casi 15 minutos en llegar al lugar para trasladar a los sobrevivientes a un hospital.

Un conductor superó a autoridades

Tras los hechos, la SSP reconoció que el automovilista responsable de esta tragedia agredió a sus elementos, logró evadirlos e incluso chocó con una patrulla municipal de Cuautlancingo.

El alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, por su parte, aseguró que la Policías Municipal ha apoyado a la SSP en el operativo implementado en la vía.

El hecho es que ninguna autoridad pudo detener al conductor antes de que arrollara a los ciclistas y, cometido este crimen, pudo fugarse hasta Coronango, donde abandonó su camioneta y huyó hasta ser detenido siete horas después del atropellamiento.

En un comunicado conjunto, los gobiernos estatal y municipal exhortaron a los conductores a respetar las señalizaciones y la señalética en las calles “para evitar que se repita la situación”.

Hubo fallas de dirección y coordinación

Sin embargo, es evidente que hubo errores por parte de la autoridad más allá de la conducta criminal del automovilista. A nivel institucional, hubo fallas de dirección para dar órdenes a los policías en campo, a fin de que evitaran que el conductor lastimara a los ciclistas. Entre las instituciones, tampoco hubo la suficiente coordinación para frenar este ataque.

Incluso en el plano individual, los policías ni siquiera auxiliaron a los heridos y, mucho menos, hicieron algo por detener al conductor.

Así que, tras esta tragedia, hay que estar pendientes de que se implementen las acciones, estrategias y sanciones necesarias para prevenir más muertes violentas de ciclistas. Sólo se así recuperaremos la confianza en la Vía Recreativa Metropolitana, iniciativa  adecuada y necesaria para una ciudad como Puebla, pero a la que muchos pensarán dos veces en regresar ante el riesgo de que un solo conductor pueda causar tanto daño.

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