Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

En Puebla, las cámaras industriales, como lo hacen a nivel federal, se han caracterizado por exponer queja tras queja y plantear petición sobre petición a los gobiernos estatal y municipales, por temas como falta de apoyos y costos de cambio de uso de suelo, pero uno se puede preguntar, con toda franqueza, qué hacen sus integrantes para atraer más inversión al estado.

Este lunes, por ejemplo, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), b, adelantó que, en su próxima reunión con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, pedirá promover la estandarización del cobro de trámites en los municipios, particularmente el uso de suelo por año, pues señaló que  afecta la competitividad y frena inversiones.

El líder industrial se quejó de que los municipios quieran cobrar “cada año” por el cambio de uso de suelo, lo cual –afirmó– es un obstáculo para concretar la llegada de inversiones grandes.

Otra de las peticiones de la cámara Ley de Fomento Económico del estado y la reactivación del aeropuerto Hermanos Serdán, al cual será el gobierno federal el que destine cerca de 80 millones de pesos este 2023.

Y, al preguntarle sobre las posibilidades de Puebla para beneficiarse de nearshoring o relocalización de industrias desde otras partes del mundo, especialmente desde Asia, Espinosa Rueda insistió en la necesidad de que haya “más terreno industrial” en el estado.

Ya en abril pasado, había aseverado que el estado necesitaba al menos 5 parques industriales más en zonas como San Martín Texmelucan, Huejotzingo y Atlixco.

Gobierno, principal promotor de iniciativas

Bien es sabido que, en Puebla, la industria automotriz es fundamental para la economía estatal. Esta representa más del 43 por ciento del producto interno bruto (PIB) y genera más de 65 mil empleos anuales.

Sin embargo, las inversiones más importantes de este sector se concentran en una sola empresa, la armadora alemana Volkswagen. Entre 2022 y 2025, los directivos mundiales proyectan invertir al menos 763 millones de dólares en su planta de Puebla para iniciar su transición a la electromovilidad.

En el caso del grueso de los industriales en Puebla, ¿qué hacen para atraer inversiones al estado más allá de diagnosticar presencias, pedir esquemas fiscales más benéficos y buscar tierras para expandirse?¿Por qué parecen quedarse de brazos cruzados ante las iniciativas gubernamentales?

El pasado 7 de mayo, por ejemplo, fue la Secretaría de Economía estatal la que tomó la iniciativa de firmar un convenio con Nuevo León para que las autopartes producidas en Puebla puedan cruzar de forma más ágil a Texas. Esto, a fin de atraer a más de 40 empresas que están interesadas en ser proveedoras de la nueva planta de Tesla en dicho estado fronterizo.

Desde hace un año, esta dependencia también ha impulsado la creación de 14 clústeres industriales, los cuales aglutinan ya a 390 empresas y generan más de 500 mil empleos, entre directos e indirectos, como parte de una estrategia gubernamental para detonar inversiones en los próximos 20 años.

Entre los 14 complejos, hay nueve que comprenden la industria automotriz; agroalimentaria; textil y confección; tecnologías de la información y servicios empresariales; energético; educación y desarrollo del talento; de fabricación e innovación de muebles; mármol y ónix, así como el proyecto de los barrios fundacionales de Puebla.

En una dirección completamente distinta, los empresarios industriales piden disminuir costos de cambio de uso de suelo y más terrenos para sus proyectos. Este último es un tema delicado que, en muchos casos, ha detonado conflictos sociales, como la férrea oposición de la gente a las minas en la Sierra Norte y la a planta de Bonafont en Juan C. Bonilla.

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