Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Después del caso de Gerardo N., que admitió su culpa y pederastia a un menor de 7 años en Aquixtlán Puebla, de nuevo vuelve a salir a la luz un tema preocupante para la mayoría de la sociedad y que, siendo o no religiosos, expresa como la perversión y la impunidad no dejan de estar presentes.

Existe un móvil claro en el actuar de los curas pederastas: todo lo hacen en nombre de Dios. La mayoría de caso que se han dado en México coinciden en que los curas utilizan la figura y principios de la religión para amedrentar y presionar a menores de edad, para hacerles creer que si no lo hacen “dios los va a castigar”, “se enojara con ellos”, etc, etc. La manipulación es la herramienta especial de estos pederastas.

Ante ello, las autoridades eclesiásticas buscan hacerse de la vista gorda, ignorando el tema y a las víctimas; incluso existen casos, en donde los párrocos se hacen de una ‘base oficial’ que estigmatiza a la víctima y la obliga a permanecer en silencio. Si a eso se la suma que desde a dentro, la jerarquía eclesiástica lleva a cabo toda una operación para que los casos no salgan a la luz: mueven de lugar a los victimarios, los esconden para mantener el crimen en la impunidad.

A nivel nacional existen dos casos de clara impunidad: Marcial Maciel y Norberto Rivera. El primero fue acusado de abusar de 60 menores como fundador de los Legionarios de Cristo, asociación religiosa funda en los años 40 y que se actualmente tiene presencia en 21 países del mundo.

El caso de Maciel es de llamar la atención pues las acusaciones llegaron al Vaticano. Fue a mediados de los 2000 -en ese entonces Benedicto XVI encabezaba el gobierno- cuando se empezaba acusar a a la congregación religiosa de abuso sexual a infantes. Sin embargo, nunca hubo investigación ni rechazo al actuar de los eclesiásticos, pese a que Benedicto VXI Prefecto de la Doctrina de la Fe en El Vaticano.

En julio de este año se dio a conocer una lista con 16 nombres de religiosos mexicanos que forman parte de dicha logia. Ahí sale el nombre de Norberto Rivera Carrera, arzobispo emérito de la Arquidiócesis Primada de México, de quién no se menciona que haya casos de abuso, pero si de encubrimiento a Maciel y 14 curas más, entre ellos, Nicolás Rivera Aguilar, quien en Puebla abuso de más de 80 menores.

Norberto Rivera tuvo el desdén en 2019 de, a pesar de las múltiples acusaciones, denuncias y exigencias por parte de familias y víctimas, acusar de que los niños tienen responsabilidad en los actos de pederastia, pues “los niños mientes y tientan a sus mayores”, señaló en un encuentro con el Frente Amplio por la Familia.

La iglesia ha castigado a unos cuantos en este tema. Aún hay mucho por hacer por lo que el primer paso sería dejar de encubrir y apoyar a que las investigaciones y sanciones avancen.

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