Editorial Ángulo 7
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El hallazgo de dos cuerpos bajo los locales de La Cuchilla, a los cuales se aplicarán pruebas de genética para confirmar que son de David y Jocelin, pareja que desapareció ahí en junio de 2022, suscita la pregunta sobre si este será el punto de inflexión para retomar el proyecto de expropiar y cambiar la actividad comercial de ese mercado del norte de la capital poblana.

Este jueves, los poblanos se despertaron con la sombría noticia de que, tras más de un año de búsquedas infructuosas para localizar al joven matrimonio, dos osamentas fueron encontradas bajo seis metros de cemento y una loseta.

Un pitazo habría dado la pista clave a los elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) que, en un operativo realizado por la madrugada, acudieron a excavar en el punto exacto donde estaban los cuerpos.

A reserva de que se confirme si los restos corresponden a David y Jocelin, el hecho no debe pasar desapercibido, pues evidencia el grado de impunidad con la que operan criminales en ese mercado, encubrimiento por parte de locatarios y hasta posible colusión con autoridades.

Sorprende que, en los diversos operativos realizados desde la desaparición de los jóvenes, donde se ha decomisado mercancía presuntamente robada y drogas, no surgiera ningún indicio sobre el entierro clandestino, ¿Qué cambió esta vez para saliera a la luz?

Sin entrar en especulaciones, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Gilberto Higuera Bernal, dijo siguen en curso tanto la investigación para esclarecer los hechos como la búsqueda de los responsables, aunque desde el año pasado difundió la versión de que sería obra de la banda del “Caimán”, líder narcomenudista en la capital poblana y uno de los más buscados por la autoridad ministerial.

Fiscal abre debate sobre expropiación

Sin embargo, llamó mucho la atención que, en este caso, el fiscal del estado dejó atrás su habitual actitud neutral y se pronunció a favor de la intervención gubernamental para cambiar las actividades de La Cuchilla, pues reconoció que es un foco rojo de la delincuencia.

Desde hace más dos décadas, los poblanos han conocido este mercado como una zona para el comercio de comida, piratería y hasta mercancía presuntamente robada –muebles, juguetes y ropa–, así como sustancias y drogas ilícitas.

Pese a los cambios de gobiernos, tanto a nivel municipal como federal, las ventas en La Cuchilla –lícitas o no– se mantuvieron sin gran perturbación, salvo por algunos operativos esporádicos.

Esta situación cambió el 1 de junio de 2022, cuando David y Jocelin desaparecieron entre los locales a donde habían acudido a comprar juguetes.

En septiembre de ese año, el entonces gobernador, Miguel Barbosa Huerta, planteó un proyecto para decretar la expropiación de locales con venta de mercancía robada y pidió al ayuntamiento, encabezado por Eduardo Rivera Pérez, que realizara el cambio de uso de suelo para “legalizar” esta zona comercial.

El edil panista encargó el asunto a la sindicatura municipal, que analizaría la ruta legal para concretar el uso de suelo y dicha oficina previó que el trámite se concretaría en el segundo semestre de 2023.

Barbosa Huerta falleció en diciembre y el gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina aún no ha reportado el estado del proyecto para decretar la expropiación.

Por su parte, en mayo pasado, el ayuntamiento admitió que el proceso de cambio de uso de suelo estaba en pausa porque antes se debían hacer las modificaciones al Plan de Desarrollo Municipal.

¿Por qué no ha avanzado con mayor celeridad la expropiación de la Cuchilla? Es la pregunta que muchos poblanos se hacen y, ante el reciente descubrimiento del doble homicidio, es seguro que la expectativa es que se tomen decisiones para evitar más delitos en este mercado.

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