Además de la compra muy por debajo de los precios comerciales de tierras, los desarrolladores inmobiliarios generan problemas sociales en las comunidades. entre quienes se dejan deslumbrar y quienes quieren cuidar su entorno.
También las construcciones generan conflictos para el abasto de agua y servicios, además de que generan exclusión, entre los dueños de las nuevas casas lujosas que tienen mayores privilegios en comparación con los pobladores que ya habitaban en esos lugares.
Es necesario que las autoridades hagan un análisis y la puesta en marcha de programas en los que los desarrollos inmobiliarios se integren de forma sana a las comunidades y no que generen ciudadanos de primera y de segunda.
Deben existir mecanismos de vigilancia para que los desarrolladores paguen a precios justos por los terrenos que compran y hasta cursos de educación financiera para quienes vendan tengan la forma de hacer un uso correcto de sus recursos.
