Puebla tiene una gran variedad de climas que atrae a los visitantes, pero también nos han jugado en contra, sismos, inundaciones, deslaves, lluvias torrenciales y hasta erupciones volcánicas, estos fenómenos naturales han cobrado vidas, generado gastos para los gobiernos en reconstrucciones, y a pesar de eso sólo una mínima parte de los municipios en el estado, 17.5 porciento, tiene un atlas de riesgo.
¿A que le apuestan los presidentes municipales? ¿rezarle a un santo para que en su gestión no pase ninguna tragedia?, si algunos no tienen policías, menos direcciones de protección civil, cuando ocurre una emergencia la salida fácil es pedir la intervención de las autoridades estatales y federales.
Cuando entran las autoridades estatales y federales tienen que solucionar problemas que llevaban años sin atender, porque no tenían un atlas de riesgo y tampoco informaron de las situaciones que ponían en peligro a sus ciudadanos.
Es el momento, en que el gobierno del estado, como los ciudadanos pueden exigir a los ayuntamientos que cumplan con su labor cuidar a sus habitantes, ellos son el primer acercamiento con la población y los primeros responsables si ocurre una tragedia que cobre víctimas humanas
