Segunda y última parte
Puedo estar equivocada, pero al presidente Andrés Manuel López Obrador le ha sorprendido la lealtad, eficiencia y compromiso con el pueblo mexicano del Ejército mexicano, al grado que en su balance ha considerado más valioso su aporte que la de varios líderes sociales que, a su apreciación, se dedican a administrar los conflictos.
En la mañanera del 18 de octubre dijo: “…las Fuerzas Armadas son muy leales, institucionales, profesionales y respetuosas de la autoridad civil (…) nos están ayudando muchísimo, mucho, mucho, mucho” y puso varios ejemplos: el sargazo que se quitó en las playas de Cancún, así como las construcciones del aeropuerto Felipe Ángeles, Tren Maya y las sucursales del Banco del Bienestar y hasta distritos de riego.
“Son obras públicas que se están haciendo con el presupuesto de todos los mexicanos y no queremos que se privaticen (…) es más difícil quitarles esas obras a la Marina y al Ejército que a Fonatur o a cualquier otra dependencia”, añadió.
Reiteró, ante la pregunta si está preparado el Ejército para un mando femenino en la Presidencia: “no va haber ningún problema, las Fuerzas Armadas son muy leales (…) tienen 5 misiones: la defensa de la soberanía, la protección de instalaciones estratégicas, ayudar en el desarrollo social, como la distribución de los libros de texto y las vacunas, la construcción de obras estratégicas y el plan DN-III”.
Además, respecto a órganos de control de las Fuerzas Armadas agregó: “En el Ejército hay comisiones de orden y una comisión de derechos humanos al interior y tienen que rendir cuentas a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a todas las instituciones civiles, lo hacen y cumplen con todas las recomendaciones”.
Su opinión favorable sobre el Ejército mexicano no significa que no valore la importancia de la organización social, sobre todo porque, siempre lo ha mencionado, es la única forma que se tiene para concretar los cambios políticos. Con lo que no está de acuerdo es el uso de inconformidades sociales para intereses partidistas, personales o de grupos.
Finalmente, esta opinión positiva también se debe a que siempre buscan no dejarse manipular por agencias internacionales u otros gobiernos. “Cuando se habla del Ejército se tiene que pensar que (los culpables) fueron algunos elementos y que están sometidos a proceso (…) el error es responsabilizar a toda la institución”, concluyó.
