*Por: Mtra. Alejandra Alpuche Vélez
Aunque la elección presidencial se llevará a cabo en el 2024, realmente se podría afirmar que la campaña electoral lleva meses sucediendo, y con las recientes decisiones y acciones de los partidos políticos, actualmente se vive una efervescencia política acompañada de la incertidumbre, esperanza y expectativas de lo que sigue para México.
En este contexto, vale la pena reflexionar sobre las diferentes aristas que están alrededor de la democracia como la participación ciudadana, la elección popular, el papel de los servidores públicos, y especialmente, en la división de poderes como garantía de una verdadera democracia.
La idea de la división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial viene desde el siglo XVIII con las teorías políticas de Montesquieu, entre otros, quien señalaba a grandes rasgos que el poder y las decisiones no se debían concentrar en una sola “persona”, ya que así se podía evitar la tiranía.
A lo largo de la historia de todas las naciones, se pueden encontrar numerosos ejemplos que evidencian cómo la falta de esta división y la concentración del poder en una sola persona o grupo, provoca la vivencia de sistemas de gobierno totalmente opuestos a la democracia y a otorgar el poder al pueblo. Entre ellos se puede mencionar a Adolf Hitler en Alemania, Francisco Franco en España o Augusto Pinochet en Argentina; en México se puede hacer referencia a Porfirio Díaz o incluso a la “dictadura perfecta” del Partido Revolucionario Institucional a la cual hacía referencia Vargas Llosa. De acuerdo con la Enciclopedia de Humanidades (2023), lo que es común a todos estos ejemplos y a otras experiencias similares, además de la supresión de la división de poderes es que se combina con: la identificación del estado con un único partido político, la figura de un líder o dictador, el control en los medios de comunicación, la censura de la prensa, la propaganda de la ideología oficial y su difusión reiterativa, el uso de la fuerza militar y la violencia, y la consecuente represión de los derechos humanos y las libertades individuales.
Por lo anterior, es que la separación de poderes de la cual hablaba Montesquieu se vuelve fundamental para que exista un equilibrio y armonía entre las fuerzas. Esta idea obviamente ha ido evolucionando con el paso del tiempo, así como ajustándose a cada contexto, tiempos y personas, sin embargo, la esencia de que existan pesos y contrapesos entre los poderes que permitan el mutuo control y regulación, se mantiene, ya que de esta manera se previenen idealmente las injusticias o abusos por parte de los gobernantes.
En México, esta división claramente se señala en el artículo 49 constitucional, que dice “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo…” y es por eso que se le atañen funciones, facultades y rango de acción y autonomía a cada uno de los poderes en el país, y en otras democracias en el mundo.
La lógica de esta separación no solo aplica para el sistema de gobierno de un país, se puede hacer una comparación con cualquier organización humana, inclusive desde la familia ¿cuál es el peligro de que solo una persona ostente el poder absoluto en una familia (ya sea alguno de los padres o hasta alguno de los hijos)?, ¿cuáles son los riesgos de que en un negocio o empresa solo un persona tome todas las decisiones?, ¿por qué en cualquier organización, aunque existe un líder, también debe haber consejos de conducción, consultivos, etc.?, ¿por qué en las organizaciones cada determinado tiempo existen cambios en los liderazgos o en los consejos? Las respuestas a éstas y otras preguntas similares corresponden a que los seres humanos no son infalibles, y que la construcción en colectivo, además de que permite mayor eficacia, también previene la presentación de injusticias y favorece la supervivencia del grupo.
Por lo anterior, en el clima político actual y en el que habrá en el siguiente año, la reflexión sobre la división de poderes es oportuna y pertinente, especialmente para garantizar el derecho de las y los mexicanos para elegir la forma de gobierno que más corresponda a sus convicciones, pero también para defender la vida digna de cualquiera sin importar su opción política.
Enciclopedia de Humanidades (2023). Dictadura. https://humanidades.com/dictadura/
*Maestra en Administración y Gestión de Instituciones Educativas por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Licenciada en Educación por la Universidad Iberoamericana Puebla. Se ha desempeñado profesionalmente en el acompañamiento y asesoría pedagógica a estudiantes, docentes y equipos de trabajo en los niveles de educación básica y media superior. Actualmente colabora como subdirectora de la Preparatoria Ibero Puebla, además de ser docente en la Licenciatura en Procesos Educativos de la Universidad Iberoamericana Puebla.
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