Luego de 2 años suspendido por la pandemia del Covid-19, miles de personas se dieron cita, algunos desde las 6 de la mañana, para ver el desfile conmemorativo a la Batalla de Puebla, en donde proliferaron ambulantes a pesar de que se dijo que no habría.
En familia, en pareja o solos, algunos con sillas, aunque la mayoría de pie y con sombrilla para atajarse el sol es como acudieron las personas al bulevar 5 de Mayo hasta la altura del parque Juárez, para disfrutar de los carros alegóricos y contingentes, que “ya eran necesarios” que regresaran.
La celebración más importante en el estado volvió después de 2 años con mucho dinamismo para conmemorar el 160 aniversario de la gesta heroica que tuvo lugar en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, pues el trayecto por donde pasaron los contingentes era de alegría.
Si bien el desfile fue transmitido a través de redes sociales, siempre es mejor verlo en persona, por lo que hubo quienes llegaron desde las 6 de la mañana a apartar lugar en la zona de San Francisco, otros que colocaron su carpa para que no les diera el sol y algunos más pusieron escaleras.
Tampoco faltó el ingenio y varios se subieron a los árboles que estaban en el camellón central del bulevar a la altura del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (Cenhch), mientras que otros igual aprovecharon sus azoteas para verlo desde arriba.
En un sondeo previo hecho por Ángulo 7, Aurelia comentó que cada año acudía a presenciar el desfile y tenía dos de no hacerlo porque no hubo, por lo que el de este jueves no se lo podía perder, porque “siempre es necesario” tener una actividad así en una fecha importante como es el 5 de Mayo.
Acudió con familiares y, a diferencia de muchos de los asistentes, no llevó sobrilla ni silla, pues señaló que “un desfile se vive así de pie”.
En tanto, Vanesa y Carmen, amigas que asistieron por primera vez, mencionaron que sólo les habían platicado como se ponía, pero en los dos últimos años no pudieron asistir porque no hubo y por ello es que se dieron cita este jueves desde antes de las 10 de la mañana.
Mientras que José Macario, quien llegó a las 8 de la mañana con su silla para apartar lugar, calificó como “bueno” que se tenga un evento de este tipo, pues representa la historia de Puebla y se tiene que disfrutar porque es una vez al año.
A ello se sumó, Carmen quien dijo que acudió para llevar a sus niñas a ver desfilar sus escuelas, pues a ellas no les tocó participar y por ello optó por quedar en la 25 Oriente donde terminó el trayecto para poder ver todos los estudiantes y carros alegóricos que hubo.
No faltan los ambulantes
Previo a que iniciara y durante todo el tiempo que duró el desfile, que fueron alrededor de dos horas, la presencia del comercio informal proliferó a pesar de que se dijo que se desplegarían elementos de la Secretaría de Gobernación Municipal (Segom) para que no estuvieran.
Esto ocasionó que personal del departamento de Vía Pública optaran por cobrarle 50 pesos para darles una pulsera rosa con la que ya “tenían permiso” de ofrecer sus productos, pero el número de informales fue superior, pues tan solo en el bulevar Xonaca rumbo a Casa Aguayo había al menos 30.
Esto igual fue aprovechado para quienes ofrecieron bancos y sillas de madera, los cuales tenían costo desde los 80 pesos y hasta 150 dependiente del tamaño, por lo que muchos optaron por comprar dichos productos para sentarse o en su caso subirse y ver mejor el desfile.
Tacos de canasta, tortas hasta de barbacoa de res, aguas, refrescos, botanas, artesanías, pulseras, gorras, sombreros, cocteles de frutas, paletas de hielo, nieves, lentes, sombrillas, cubrebocas, tamales y hasta el de bonice entre otros productos, es de lo que se estuvo vendiendo.
Algunos acarrearon sus productos con diablo, otros con triciclo, mientras algunos más optaron por ponerlos en el suelo o cargarlos en bolsa para ir ofreciendo a las personas, por lo que ante el calor y las horas esperando optaron por comprar principalmente algo de comer y beber.
R: DJ
