En 2020, el 31.38 por ciento de la población en Puebla estaba compuesta por personas de entre 12 y 29 años, rango de edad considerado como juventud; lo que superó a la media nacional, que fue del 30 por ciento. Ese año, el municipio de Coyomeapan fue considerado por el Inegi como “el más joven” en la entidad.
De acuerdo con el censo del Inegi de 2020, en Puebla había 2 millones 66 mil personas en dicho rango de edad, de las que un millón 46 mil eran mujeres (el 50.6 por ciento), mientras que un millón 20 mil, hombres (el 49.4 por ciento).
Por su parte, la población infantil, de cero a nueve años, en el estado sumó un millón 77 mil personas, de las que 583 mil fueron mujeres y 594 mil, hombres.
El reporte del Inegi destacó que la edad mediana (considerada como la edad que divide la población en dos grupos iguales de personas) para Puebla ese año fue de 28 años en 2020, sin embargo, en 2010 fue de 24 años, mientras que en el 2000 fue de 21 años, es decir, la edad mediana ha ido en aumento.
Por mediana de edad, el municipio más joven en la entidad ese año fue el de Coyomeapan, toda vez que ésta fue de 21 años, de un total de 14 mil 806 personas que lo habitaban.
Por su parte, San Miguel Ixitlán fue el más envejecido, toda vez que su mediana de edad fue de 45 años, con una población total de apenas 526 personas.
A nivel nacional, por su parte, el Inegi destacó que había 37.8 millones de personas entre 12 y 29 años, el 30 por ciento del total nacional, siendo 18.8 millones hombres (el 49.8 por ciento), mientras que 19 millones fueron mujeres (el 50.2 por ciento).
Cabe mencionar que cada 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Juventud, declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1999 para concientizar sobre ciertas barreras a la solidaridad intergeneracional, en particular la discriminación por edad, que afecta a personas jóvenes y mayores, al mismo tiempo que tiene efectos perjudiciales para la sociedad en su conjunto.
Y es que, la discriminación por edad afecta tanto a jóvenes como mayores, y se cruza frecuentemente con otras formas de sesgo (como el racismo y el sexismo) e impacta a las personas de maneras que les impiden alcanzar su máximo potencial y contribuir de manera integral a su comunidad.
