Enfermedad y disputas sociales, costos del deterioro en el Atoyac: Ibero
Enfermedad y disputas sociales, costos del deterioro en el Atoyac: Ibero. Foto: Especial
Enfermedad y disputas sociales, costos del deterioro en el Atoyac: Ibero
Enfermedad y disputas sociales, costos del deterioro en el Atoyac: Ibero. Foto: Especial

La contaminación en la cuenca del Atoyac provoca enfermedades, erosiona los ecosistemas y convierte los acuíferos en zonas de disputa, así lo señaló el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Ibero Puebla .

Los expertos señalaron que el proceso de saneamiento del río Atoyac comenzó hace más de 30 años y no ha presentado avances significativos, aseguraron que no existe tecnología suficiente para gestionar todas las sustancias presentes en el río: mercurio, cromo, cadmio y zinc, entre muchas otras.

Estas sustancias se filtran y llegan a los pozos de agua potable, lo que deriva en múltiples enfermedades. Para la investigadora, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, el proceso de tratamiento debe iniciar en los propios emisores: hoteles, industrias, municipios y hogares. “Más que pensar cómo limpiamos el río tenemos que pensar en no ensuciarlo”.

Recordaron que Puebla ocupa el octavo lugar en acarreo de agua, la académica del IIMA destacó que la gestión del agua desplaza a las comunidades al concentrar los esfuerzos en la capital y las áreas aledañas. “En la zona metropolitana hay alrededor de 100,000 personas que deben acarrear agua diariamente. No podemos imaginar lo que pasa en zonas rurales”.

Además del acceso al agua potable, el estado presenta grandes problemáticas de drenaje y saneamiento.

Se han detectado más de 50 contaminantes químicos cancerígenos para el ser humano a los que los pobladores de la zona están expuestos por inhalación, ingesta y vía dérmica. “La lista debe ser mayor considerando la gama de industrias que se han establecido a orillas del río: plásticos, textiles, metalmecánicas, agroquímicas, de alimentos…”, comentó la investigadora Gabriela Pérez Castresana.

Costos sociales

La falta de seguridad hídrica convierte a la cuenca y sus municipios circundantes en un campo de batalla. Lugares como Huejotzingo, San Martín Texmelucan y la propia capital poblana son espacios de alta tensión entre las poblaciones, los gobiernos y las industrias emisoras de aguas negras.

Agregaron que el 71 por ciento de la población vecina del Atoyac tiene cinco veces más daño genotóxico que un habitante de la Ciudad de México. Además, los expertos reportan ambigüedades en la distribución de funciones a nivel gubernamental, lo que entorpece la aplicación de políticas públicas cabales.

Finalmente, la investigadora Valentina Campos Cabral, señaló que la problemática requiere de un abordaje multidisciplinar que traduzca las evidencias del estado de la cuenca en acciones transformadoras. “No solo es un problema técnico, sino social y de índole político”.

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