En Puebla, desde el 27 de octubre al 7 de noviembre, no se han registrado nuevos autos “chocolate” legalizados, pues siguen siendo mil, con una recaudación de 2.5 millones de pesos, según información de la titular de la SSPC, Rosa Icela Rodríguez Velázquez.
En la conferencia de prensa matutina, la secretaria presentó el último informe sobre autos “chocolate”, aquellos que ingresan al país desde el extranjero sin la correcta regularización, donde en Puebla la cifra sigue siendo de mil, mismo dato que en el último informe, presentado el pasado 27 de octubre.
De acuerdo con los datos presentados, Baja California registra 171 mil 923 regularizaciones, Chihuahua 129 mil 964 y Sonora 95 mil 062, las tres entidades concentran el 53.1 por ciento de los vehículos.
Caso opuesto es el de Nuevo León, Puebla y Jalisco, quienes registran 5 mil 266 vehículos regularizados, mil y 487 respectivamente, siendo los de menor avance.
De igual manera, la recaudación hasta el momento es de mil 867 millones 832 mil 500 pesos a nivel nacional, mismos que serán usados por cada entidad para la pavimentación de calles.
¿Cómo se hace el trámite?
El procedimiento para legalizar un auto consiste en tres pasos, el primero es generar una cita en https://www.regularizaauto.sspc.gob.mx/ el segundo es ingresar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para realizar el pago de 2 mil 500 pesos, y por último, se debe acudir a la cita en los módulos del Registro Público Vehicular (Repuve) de cada estado con la documentación requerida.
Cabe mencionar que el programa de regularización de autos “chocolate”, inició en Puebla el pasado 20 de junio y cuenta con un módulo de atención ubicado en la capital del estado, específicamente en el Centro Integral de Servicios (CIS), en el bulevar Atlixcayotl, número 1101, planta baja, edificio sur, colonia Concepción Las Lajas.
Por último, Rodríguez Velázquez reiteró que los recursos que se obtengan de la regularización serán invertidos en tapar baches, en la pavimentación de vialidades en donde se aplica.
Editado por: José Carlos Aguado Carmona
