En Puebla, 16 mil unidades del transporte público de un total de 36 mil 800 censadas en el estado, deben salir de circulación al cumplirse su vida útil de 10 años; sin embargo, para sustituirlas llevaría hasta ocho años o más.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Movilidad y Transportes (SMT) que anunció un crédito de 350 millones de pesos en coordinación con Nacional Financiera, apenas alcanzaría para comprar 175 nuevas unidades, si costaran en promedio 2 millones de pesos cada una.
En este tenor, la dependencia estatal ha detectado camiones del transporte público que tienen hasta 25 años de antigüedad y siguen circulando, por lo cual han venido realizando operativos con 46 inspectores que son para todo el territorio poblano, pero que se trata de personal capacitado para actuar.
Bajo este contexto, dichos servidores públicos son nuevos y ajenos a la corrupción que imperaba con el anterior titular de la SMT, Guillermo Aréchiga Santamaría, actualmente preso en San Miguel por irregularidades en sus funciones, que alcanzaba a delegados, quienes fueron también removidos.
Con los operativos han sido remitidas a corralones alrededor de 460 unidades por diversas causas, entre las cuales están por expirar sus condiciones físico-mecánicas, además hay 100 concesiones en proceso de revocación.
Sin embargo, la dependencia estatal tiene en la mira retirar 2 mil concesiones, por lo cual tienen un procedimiento para llevarse a cabo en lo que resta de 2022 y el próximo año, ya que algunos de los transportistas han recurrido a los amparos.
Además, la SMT tiene 8 mil expedientes detenidos para solicitar concesiones para distintos servicios de transporte público y taxis, ya que la apuesta es impulsar la creación de empresas y no que sean hombre-camión.
