Concepción lleva 32 años haciendo y comerciando piñatas en el mercado 5 de Mayo, oficio que ha tenido que combinar con otros productos porque la pandemia del Covid-19 y el aumento de precios provocaron que las ventas hayan bajado más del 30 por ciento.
En entrevista con este medio, contó que aprendió a elaborar estas figuras desde que era joven, pues les ayudaba a su cuñada y suegra, actividad que le gustó y decidió emprender por sí solo, siendo la temporada decembrina la mejor del año, pues es cuando más les piden.
Dijo que las empieza a hacer junto con su hija en su casa desde semanas antes, ya que antes de la pandemia sí se vendían todo el año para cumpleaños y otros eventos, pero ahora ya sólo es partir de noviembre para las posadas, convivios o las fechas de navidad y año nuevo.
Explicó que depende el material, tamaño y diseño es el tiempo que se tarda, aunque la más rápida es la de olla de barro y una en menos de una hora la termina, ya que no deben esperar tanto a que se seque a diferencia de la que únicamente es de cartón y otros adornos.
Comentó que pueden ser de cinco o siete picos que son las tradicionales y la más sencilla y económica, pero igual las que tienen 10, 12 o hasta 16 conos, pues esto implica más detalles y decoraciones, por lo que pueden ir desde los 60 hasta los 300 o 400 pesos, sin embargo, la gente en ocasiones no los quiere pagar porque piensa que “es fácil hacerlas”.
“Primero se hacen todos los moldes, una vez que están ya se inicia con la esfera que puede ser con un globo u olla, se sellan, si hago una de papel por lo menos es de un día para otro. Esto vienen de herencia, aprendí con mi suegra, vi cómo la hacían, me gusto y después lo hice yo”, expresó.
Es de resaltar que la tradición de la piñata en México se originó desde los antiguos mayas y aztecas, quienes jugaban a un juego que consistía en romper una olla de barro que se balanceaba por medio de una cuerda, con los ojos vendados.
De igual forma, fue introducida por los misioneros españoles en México alrededor del mismo tiempo en el que las posadas se originaron en Acolman de Nezahualcóyotl, Estado de México. Las primeras originalmente tenían la forma de una estrella con siete picos, cada uno representaba los pecados capitales y los colores brillantes simbolizaban la tentación.
Ya no se vende como antes
Concepción mencionó que ella utiliza papel china, crepe, metalizado, entre otros, pues dependiendo del papel es el costo y tamaño, el cual subió, por lo que tiene que ir a la Ciudad de México para comprar por mayoría, al resaltar que para una piñata en promedio se gasta la mitad de lo que cuesta, además de la mano obra.
“A la gente se les hace muy cara, piensan que es barato el material y no, sí hay baratas, de 50 o 60 pesos, pero están mal hechas y la gente las compra por ello, subió en general, antes de la pandemia se vendían muchísimas, hasta por mayoreo, ahorita ya sólo que termine el año y otra vez ya no las piden”, resaltó.
Esto, pues dijo que en años pasados para esta temporada se vendía 300 o más pero ahora sólo hicieron 200 y no se han acabado, por lo que se ha dado una baja de más del 30 por ciento, que en gran parte se debe a la situación económica y porque los costos han aumentado.
Manifestó que por esto tuvo que combinar la venta de piñatas, que igual puede ser por pedido, con otros productos como tenis, zapatos, dulces y recaudo, pues los ingresos por lo primero “ya no son negocios” y tuvieron que buscar otra manera de mantenerse.
