El golpe de Estado blando es una estrategia no militar para derrocar gobiernos mediante el uso de campañas mediáticas, manifestaciones y desestabilización, la cual el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que se implementa en su contra.
Aunque no existe un “creador” oficial de la táctica, se ha señalado como autor de la misma al estadounidense Gene Sharp, quien en dos libros planteó 198 acciones no violentas para destituir administraciones “antidemocráticas”.
El mecanismo ha sido utilizado, principalmente, por Estados Unidos, mediante organizaciones no gubernamentales, para deponer presidentes o mandatarios que no se alinean a sus intereses económicos y geopolíticos, sean o no de “izquierda” o “progresistas”.
En su conferencia de prensa de este jueves, López Obrador señaló que existe una campaña, que representa una especie de “golpismo”, de grandes medios de comunicación en contra de su gobierno y las políticas que ha instrumentado, pues son influenciados por “grupos de intereses creados”.
Aseveró que dicho mecanismo ocurre en diversos países del mundo, como en Argentina, el cual ya no es por la vía militar, sino que se trata de “un golpe blando con el poder de los medios que por lo general tienen el control de la opinión pública”.
¿En qué consiste el golpe de Estado blando?
Estudiosos del tema han señalado que el también denominado “golpe de Estado suave” se divide en cinco fases progresivas, la primera de las cuales es la del ablandamiento, en la que se impulsan campañas para desacreditar al gobierno en turno, con “escándalos”, “estudios” sobre la ineficiencia de la administración y en general sembrar un clima de incertidumbre en la población.
La segunda y tercera etapas son la “deslegitimación” y “calentamiento de las calles”, en la primera las acciones en medios se concentran en supuestas violaciones a las libertades por parte de las autoridades y en la segunda se promueven manifestaciones financiadas por los grupos opositores.
Las últimas dos etapas corresponden a la “desestabilización”, en la que se realizan acciones para generar pánico en la población, y el “golpe blando” que busca la renuncia forzosa del presidente o mandatario, con la ampliación de revueltas o protestas en las calles.
