En un ambiente donde predominó la protesta pacífica, pese a hechos aislados, mujeres indígenas del EZLN, trans y hasta policías se unieron a las exigencias de justicia por los feminicidios y búsqueda de desaparecidas durante la marcha del 8 de marzo.
Este lunes, a partir de las 16:00 horas, colectivos de mujeres buscadoras, transincluyentes, defensoras de la tierra y vagoneras del Metro marcharon desde el Ángel de la Independencia hasta el zócalo capitalino.
En el camino, lanzaron consignas como, “Ni una menos”, “Somos las voces de las que ya no están” y “Nos sembraron miedo, pero nos crecieron alas”.
Algunas de las manifestantes regalaron flores a las policías desplegadas para vigilar la marcha y, en retribución, un grupo de uniformadas se unió con la consigna “Policía consciente se une al contingente”.
También se registraron incidentes aislados, como la caída de un techo de cristal sobre encapuchadas que lo golperon con martillos en el Metro Hidalgo, así como el derribo de un semáforo en una de las esquinas del zócalo.
Frente a Palacio Nacional, otro grupo, en su mayoría conformado por hombres, intentó echar abajo las vallas altas que se dispusieron anoche, pero estas evitaron que llegaran al recinto.
Por la noche, la Secretaría de Seguridad Ciudadana reportó la asistencia de 75 mil personas a la marcha, así como el aseguramiento de petardos y objetos contundentes.
El secretario de Gobernación de la Ciudad de México, Martí Batres Guadrram, aseguró que los operativos policiales permitieron inhibir al máximo la acción y los efectos de los grupos violentos.
