Aunque México tiene un sistema bancario moderno y competitivo a nivel internacional, hasta el 61 por ciento de su población carece de una cuenta bancaria y cerca del 90 por ciento no tiene acceso a préstamos de instituciones financieras.
Así lo indican los datos del libro “Inclusión financiera sin discriminación: hacia un protocolo de trato incluyente en sucursales bancarias de México”, que diagostica los factores que limitan el acceso a los servicios bancarios y hace recomendaciones al Banco del Bienestar como institución que busca la bancarización de grupos discriminados.
El estudio, escrito por Ana Laura Martínez y César Reséndiz, fue presentado este martes por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), que fueron los editores.
Como muestra de la “paradójica baja bancarización que persiste en México”, el estudio subraya que sólo el 39.1 de la población mexicana mayor de 15 años tiene una cuenta bancaria, en comparación con el 51.4 por ciento en promedio para los países latinoamericanos.
El 26.8 por ciento tiene una tarjeta de débito, en contraste con el 40.4 por ciento en promedio para la región y solamente el 10.4 por ciento ha obtenido un préstamo de una institución financiera formal, frente al 11.3 por ciento en promedio en América
Lo anterior, según cifras del “Global Financial Inclusion and Consumer Protection Survey: 2017”, publicado por el Banco Mundial.
Sólo 18.7%, con cuenta de ahorro: Inegi
Por su parte, la “Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF)” de 2018, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que sólo el 26 por ciento de la población tiene una cuenta de nómina; el 18.7 por ciento, una de ahorro, y el 9.6, una par recibir apoyo del gobierno.
Ante estas cifras, en el capítulo quinto, los autores destacan el papel del Banco del Bienestar en el aumento de la cobertura bancaria para mexicanos que hoy no cuentan con servicios bancarios.
Plantean un conjunto de recomendaciones para la inclusión de los grupos susceptibles de sufrir discriminación. Mencionamos las siguientes:
Las sucursales del Banco del Bienestar deben ubicarse cerca de los lugares donde las personas viven y trabajan.
Experiencia homogénea de la persona usuaria. Debe asegurarse una experiencia de cliente consistente en las distintas sucursales del Banco e incluso los corresponsales, con el objetivo de generar sentimientos de confianza y lealtad.
Debe asegurarse una liquidez adecuada para que las personas puedan confiar en que siempre que vayan a la sucursal o corresponsal podrán realizar las transacciones deseadas.
Las personas que reciben programas sociales deben ser tratadas como cualquier cliente para propósitos del banco y referirse a ellos como tales. En particular, debe buscarse en todo momento cumplir con las expectativas de las personas, incluso pese a que exista una relación cautiva de las mismas con el banco.
Evitar filas los días en que se depositan las transferencias de los programas sociales. Se recomienda mejorar los mecanismos de pago y las capacidades administrativas para evitar situaciones de aglomeración, por ejemplo, con horarios de atención extendidos y pago escalonado de transferencias.
Digitalización. La inclusión financiera a partir de la digitalización de los productos bancarios ha resultado exitosa porque permite reducir los costos de transacción, reduce tiempos de traslado y permite un mayor empoderamiento en la administración de las finanzas de las personas.
El lunes, Vida Inés Vargas Cuanalo, delegada de la Secretaría de Bienestar, dio a conocer que el gobierno federal abrirá este 2022 44 nuevas sucursales del Banco del Bienestar en Puebla, de las cuales dos estarán en la capital.
