Un niño de siete años de edad murió ahogado en la alberca de un balneario en Chignahuapan el pasado domingo, cuando se encontraba en dicho sitio con su familia; de acuerdo con testigos, el lugar siguió operando horas después de que se dio el deceso.
Los hechos ocurrieron la tarde del 27 de noviembre, cuando los padres del menor lo perdieron de vista por unos momentos, por lo que iniciaron su búsqueda, misma que concluyó al interior de una alberca de un metro y medio de profundidad, destinada a adulto.
Personal del lugar trató de darle reanimación, pero ya no pudo hacer nada, por lo que al lugar acudió la Fiscalía General del Estado (FGE) para realizar el levantamiento del cuerpo. Sin embargo, el lugar no fue cerrado inmediatamente, sino que siguió operando.
Fue hasta que llegó la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios (Dpris) que el lugar fue inspeccionado y finalmente se colocaron sellos de clausura en los accesos.
Es necesario mencionar que el menor fue identificado como Ángel Eduardo, originario de la junta auxiliar de San Jerónimo Caleras.
