Para enero o febrero de 2023, a un año del inicio de la invasión rusa a Ucrania, Vladimir Putin, presidente de Rusia, prepara una nueva ofensiva en suelo ucraniano, debido a los últimos bombardeos aéreos, además de su reciente visita al mando operativo.
Este fin de semana, el Kremlin indicó que Vladimir Putin estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov.
Por ello, el gobierno de Ucrania cree que, el líder ruso sigue sin renunciar a los maximalistas objetivos iniciales de la campaña militar.
Además, Serguéi Surovikin fue nombrado comandante de las fuerzas rusas en Ucrania y, desde septiembre, Putin dio la instrucción de instruir a los 300 mil reservistas movilizados desde septiembre por el presidente de Rusia, quien reconoció que 77 mil personas han ingresado a las unidades de combate.
Las últimas semanas en el Donbás, como Bajmut y Márynka, participan en pequeñas unidades de asalto, integradas por los reclutados por la compañía militar privada Wagner, pues el invierno no será un obstáculo para las acciones ofensivas de los bandos.
Con el fin de conquistar nuevos territorios, el Ejército ruso ha estado trasladando durante las últimas semanas armamento pesado al frente, especialmente en Lugansk.
La pasada semana Putin admitió que la campaña podría prolongarse en el tiempo, pero presumió de la anexión de cuatro regiones ucranianas, aunque Moscú no las controle en su totalidad, y la conversión del Azov en un mar interior ruso.
Al respecto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, opinó que “Rusia se está preparando para una larga guerra” y se mostró convencido de que Putin “lanzará nuevas ofensivas”.
Y es que Stoltenberg no ve indicios de que Putin haya renunciado a su objetivo de “controlar Ucrania”.
Al Ejército ucraniano no le conviene ese escenario. Por eso, confía en superar en los próximos meses los 84 kilómetros que le separan de la ciudad de Melitópol, en la región de Zaporizhia.
A la espera de los Patriot estadounidenses, eso le permitiría martillear todas y cada una de las posiciones rusas en el corredor terrestre entre el Donbás y Crimea bañado por el Azov, además de alcanzar la península con los sistemas de misiles HIMARS.
LPR
