China admitió que posiblemente no alcance sus objetivos de PIB para este año, ya que su economía se expandió un 0.4 por ciento durante el último trimestre, lo que significa una dura caída puesto que en el periodo anterior el aumento alcanzó 4.8 por ciento.
Lo anterior es el peor desempeño económico del gigante asiático desde que inició la pandemia en 2020, cuando el país se paralizó por tratar de contener el brote de coronavirus en la ciudad de Wuhan, durante ese trimestre su Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 6.8 por ciento.
Los responsables de las políticas públicas en ese país señalaron que “enfrentan desafíos cada vez mayores para mantener estable el crecimiento económico”, porque atraviesan una fuerte desaceleración por la política de cero Covid-19 que impuso Beijing.
Desde marzo se impusieron confinamientos a decenas de ciudades en todo el país, en las cuales estuvo Shanghái, que es el centro financiero y de transporte de la nación.
A estas acciones se le sumaron la regulación estricta en el sector privado y una crisis inmobiliaria que ha llevado a un aumento de las deudas incobrables en bancos y a crecientes protestas sociales.
Cabe mencionar que el desempleo en jóvenes chinos alcanzó un nuevo récord de 19.3 por ciento en junio, lo que explica que el gasto en los consumidores permanezca débil.
Editado por Gabriel Figueroa Zamora
