El conflicto entre Rusia y Ucrania, que desembocó en un despliegue militar, inició desde 2014, con el denominado “Euromaidán” y la anexión de Crimea, los cuales tensaron las relaciones entre ambos países por la región independentista del Donbás.
En febrero de 2014 manifestantes ucranianos, después de un golpe de estado, lograron quitar de su puesto al presidente Víktor Yanukovich, tras haber suspendido las negociaciones con la Unión Europea (UE) para integrar el país a la misma en 2012.
Las manifestaciones duraron dos años y dejaron un saldo de más de 100 personas muertas en las protestas de la plaza principal de Kiev, por lo que el gobierno interino retomó las conversaciones y firmó un acuerdo comercial con la UE.
Durante ese mismo año, el Kremlin ordenó una serie de operaciones militares en la península de Crimea puesto que los líderes simpatizantes rusos argumentaban que necesitaban protegerse de los extremistas ucranianos.
El 16 de marzo se realizó un referéndum donde se les preguntó a los habitantes de la península si querían anexarse a la Federación Rusa, el 95 por ciento de los votantes se manifestó a favor, por lo que fue incorporada.
Tras anexión de Crimea, región de Donbás busca independizarse
Tras la anexión de la península ucraniana la región del Donbás, ubicada en la frontera ucranio-rusa, manifiesta su intención de independizarse y ser reconocida, rompiendo con Ucrania.
En las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk, habitan 800 mil personas con pasaporte ruso y por ucranianos que hablan dicho idioma.
Tras la destitución del presidente Yanukovich los habitantes rusos en la región, que representan el 30 por ciento de la población total en el Donbás, vieron restringidos sus derechos como eliminar el idioma ruso de escuelas, institutos y universidades además de sufrir el ataque de nacionalistas a empresas.
Debido a las medidas adoptadas tras el golpe de estado, Kiev inició una serie de enfrentamientos entre rusos y ucranianos dentro del Donbás que dejó como resultado 27 mil personas de ambos bandos.
Ucrania viola acuerdos de Minsk, argumento de Rusia para despliegue
En 2015, Francia, Alemania, Rusia y Ucrania firman una serie de acuerdos de alto al fuego conocidos como el Protocolo de Minsk que además pretendían abrir el camino para realizar elecciones locales, lo cual significaba que Ucrania le otorgaría a ambas regiones una autonomía a cambio de recuperar el control de su frontera.
Pero en 2019 el antiguo comediante, Volodímir Zelenski, es elegido por el pueblo ucraniano como presidente con la promesa de regresar el Donbás al país, a la par de una serie de denuncias por parte de Putin, a la comunidad internacional, sobre la violación de derechos a rusos en Luhansk y Donetsk.
Finalmente, en 2022, el presidente de Rusia reconoció al Donbás como repúblicas soberanas e independientes y ordenó una serie de operaciones militares en su frontera con un objetivo pacificador, posteriormente Zelenski rompió relaciones con Moscú.
En respuesta, Rusia inició con un despliegue militar, el pasado 23 de febrero, y bombardearon zonas estratégicas como aeropuertos, almacenes y estructuras de comunicación.
Editado por Gabriel Figueroa Zamora
